Este domingo se celebran elecciones presidenciales en Ecuador y Perú, en el medio de la segunda ola de coronavirus y con un nuevo avance de la ola progresista en Sudamérica.
Segunda vuelta en Ecuador
Por un lado, Andrés Arauz, candidato por el partido Revolución Ciudadana que gobernó entre 2007 y 2017, llega a la segunda vuelta luego de su primer triunfo en febrero con el 32, 7 por ciento.
El candidato del correísmo podría convertirse en el presidente peruano más joven con 36 años si llega a sumar alguno de los votos de Yaku Pérez (19,3) y Xavier Hervas (15,6).
Arauz supone una renovación de imagen para el progresismo ecuatoriano y es la gran esperanza para la reactivación económica en el país, rol por el que tiene vasta experiencia luego de que a los 26 años fue director del Banco Central y a los 30 ministro de Conocimiento y Talento Humano de Rafael Correa.
Por otro lado, el banquero Guillermo Lasso, representante de la derecha tradicional, deberá generar los votos que hagan la diferencia tras el 19,7 por ciento obtenido en la primera vuelta e las elecciones.
El candidato de 65 años y miembro del Opus Dei tuvo el aparato mediático a su favor, junto a una campaña marketinera (incluida la red social Tik Tok) dirigida por Jaime Durán Barba.
En este esquema, será determinante el nivel de abstención que haya y hacia dónde se dirijan los votos de Hervas –llamó a votar por Lasso– y de Yaku Pérez.
Presidenciales y legislativas en Perú
Las elecciones en Perú están marcadas por un profundo descreimiento, desinterés e indecisión de la población hacia la clase política, además de que el país atraviesa una crisis a nivel epidemiológica por ser el país de América Latina con más letalidad por coronavirus, lo que hace que esta votación esté sumamente fragmentada: de los seis candidatos –de un total de 18– comprimidos en apenas cinco puntos de diferencia, ninguno llega al 15 por ciento de intención de voto.
De las seis candidaturas con chances, cinco se ubican del centro hasta la extrema derecha: el ex congresista Yonhy Lescano, el economista liberal Hernando de Soto, el ex futbolista y empresario George Forsyth, Keiko Fujimori (hija del dictador Alberto) y el ultraconservador Rafael López Aliaga. La única opción progresista es la psicóloga y antropóloga Verónika Mendoza, quien en 2016 quedó tercera muy cerca del ballotage, integra el Grupo de Puebla y propone cambiar la Constitución heredada del fujimorismo.