El actor español, José Sacristán, pasó por La Pizarra y charló con Alfredo Serrano Mansilla sobre su infancia, su vocación y su historia con la actuación.
En cuanto a su Infancia y vocación en tiempos de franquismo, mencionó: "Desde que era niño siempre tuve claro que en mi país hubo una guerra y yo formaba parte de quienes la habían perdido. La hostilidad del vencedor era algo muy evidente en la España de aquel tiempo",
Y agregó: "Cuando ví mi primera película supe que quería ser actor, en esa época pensaba que el indio y el policía eran de verdad, mucho tiempo después supe que había gente que se ganaba la vida haciendo esas cosas".
Sus comienzos en la actuación
"La base moral que sostiene mi trabajo en este oficio es el juego, un juego donde hay que sacrificarse, investigar y luchar pero siempre jugando", confeso.
Además, charló de su trabajo después de la escuela siendo aprendiz de mecánico, tiempo en el que pudo empezar a contactar con grupos de aficionados al teatro y al volver, tener claro que iba a iniciar su carrera de actor.
Las primeras personas que pensaron en mí para darme un lugar en el cine eran próximas al régimen. En esa época lo más importante era que sonara el teléfono de la vecina para ofrecerme trabajo, siempre acepté las películas que me ofrecían.
La relación del actor con los personajes y las películas
Nunca me dejé atrapar por ningún personaje, yo me pongo la gorra y salgo, y luego me quito la gorra, la dejo en el camerino y me voy a mi casa. Afortunadamente ahora tengo la posibilidad de elegir pero en un principio el rechazo era una frivolidad porque se vivía con lo justo.
La película “Un lugar en el Mundo” es una de esas circunstancias irrepetibles, uno de los capítulos de mi vida que guardaré en la memoria hasta que me muera. Mi noticia de que había un país llamado Argentina en el que uno tenía un lugar en el mundo ya venía desde antes.
Sobre la irrupción del partido de ultraderecha VOX
Cuesta trabajo entender que este partido iba a crecer como está creciendo porque además no se impone por la fuerza sino por los votos. No puedo hacer otra aclaración más que desde el lamento profundo y desde la pena. Esta gente trae ecos siniestros.
Pero esto tiene que ver con un pésimo proceder de parte de un sector de la nueva izquierda que ha pecado de mesianismo.
Sobre la censura a gente de la música
Al rapero que está preso no lo metería en la cárcel por las letras sino por la música, canta tan horroroso que hace daño al oído. Que piense lo que quiera y que diga lo que quiera, que se meta con la iglesia, con el rey y con el copón bendito pero que no cante. De pronto aparecen censuras un tanto preocupantes pero no es el caso de este muchacho. Otra cosa es la manipulación o el manejo de ciertos medios de comunicación..