El Gobierno porteño destinará 20 camas de terapia intensiva de una sala del Hospital Muñiz para atender a pacientes con coronavirus de prepagas y obras sociales que no tienen más capacidad en sus sanatorios. Advierten que “podría ocurrir en otros hospitales”, y hay dudas por quién garantizará y pagará la atención y los insumos.
La decisión fue confirmada a AM750 por fuentes del Ministerio de Salud porteño, a cargo de Fernán Quirós. Según precisaron, serán cedidas 20 camas de terapia intensiva de una sala del pabellón Koch del Hospital Muñiz, especializado en enfermedades infecciosas, a prepagas y obras sociales que se encuentran al borde del colapso.
La medida, que ya fue conversada entre autoridades sanitarias de la Ciudad y empresarios de medicina prepaga llega en un momento crítico, con la ocupación de camas de terapia intensiva al 95 por ciento, según el último reporte del gobierno porteño.
Además, esta semana salió a la luz que la Ciudad le otorgó 50 respiradores al sector privado a modo de préstamo, por lo que debió pedir asistencia a Nación.
Según precisaron fuentes de la cartera sanitaria porteña, se destinarán 20 camas del Muñiz con el objetivo de “priorizar la situación sanitaria”.
El colapso sanitario y la respuesta de los trabajadores del Muñiz
“Si una persona requiere atención y no hay camas, hay que resolverlo”, enfatizaron. Además, no descartaron que pueda ocurrir algo similar en otros hospitales, aunque aclararon que se comenzó por el Muñiz porque es el de mayor referencia en infectología.
Desde la Ciudad le bajaron el tono al planteo y argumentaron que “habitualmente pasa que el sistema público atiende a pacientes de obras sociales”, aunque admitieron que existe preocupación por el avance de la segunda ola de coronavirus y que hay un “estrés grande” del sistema sanitario.
Por ahora no está confirmado si la atención de esa unidad de terapia intensiva será prestada por personal del Hospital Muñiz o si la prestarán los médicos, enfermeros y terapistas de las obras sociales.
Según dijo al móvil de AM750 con Emanuel Herrera la infectóloga del Muñiz Gabriela Piovano, la situación enciende una luz de alerta respecto a la disponibilidad de los recursos para afrontar la pandemia en el sector público. Si bien aclaró que el hospital siempre atendió a pacientes de prepagas y obras sociales y analizó que no se puede considerar una “privatización”, consideró que se trata de un “privilegio que no corresponde”.
Además, Piovano apuntó a la responsabilidad de las empresas de medicina privada: ¿Por qué el sector privado, después de un año, no fue capaz de invertir a pesar de las grandes ganancias que tuvieron? ¿Por qué en todo este año no acondicionaron hoteles o clínicas que están cerradas, y no estar dependiendo de la entrega de respiradores de parte del Estado y concesiones que desde el punto de vista ético son impensables y desde la práctica son reprochables?