Pizza con firma propia

Pablo Mehanna

En una ciudad en la que cada porteño puede defender a capa y espada su pizzería preferida, De Rosa seguramente se convierta en la preferida de más de uno. Se trata del nuevo emprendimiento de Maurizio de Rosa, reconocido maestro pizzero napolitano (también está detrás de San Paolo). El local ocupa una antigua casa totalmente reformada sobre la coqueta Lafinur, a metros de Av. Del Libertador. Espacioso y con mesas convenientemente distribuidas, al fondo cuenta con amplio patio que verá su mejor momento en la próxima primavera. Protagonista absoluto es el enorme horno, que funciona de manera mixta, con gas y leña, a una temperatura de 320°C, para darle la textura justa a la pizza de la casa. 

En De Rosa, Maurizio busca hacer una pizza distinta, propia, que no es la clásica argentina, pero tampoco la napolitana (ésa la preparan en San Paolo). Acá, utiliza una mezcla de harina integral de trigo molida a piedra, agua mineral y sal de mar, fermentada con masa madre y con una maduración de 24 horas. El resultado es una masa de color levemente grisáceo por la harina y de un sabor apenas ácido, que se completa con los mejores productos disponibles (embutidos de Las Dinas, los tomates de Finca Isis, la mozzarella de Arrivata), redundando en una pizza muy sabrosa y realmente distinta, de lo mejor de la ciudad. Especialmente recomendable la Cuatro Quesos - Cuatro leches ($225, con quesos de cabra, oveja, vaca y búfala) y la Calabresa ($205, con salame picante y peperoncino). Las empanadas ($32) se fríen al momento en aceite a temperatura justa, son muy livianas y deliciosas. Se llevan las palmas las de carne de búfala con cebolla y cacao, aunque las de jamón natural y mozzarella no les van en zaga.

Además de pizza, son muy ricos los canelones de ricota y espinaca (preparados a la manera tradicional de Nápoles, con una masa similar a la de los crepes) y también la milanesa con hueso, servida con papas fritas perfectas. Para cerrar, nada como el tiramisú con mascarpone.

Una pizza distinta, con ingredientes de primera, preparada por un gran maestro napolitano. 

De Rosa queda en Lafinur 3275. Teléfono: 4807-3809. Horario de atención: todos los días, de 20 al cierre.


De lo bueno, lo mejor

Pablo Mehanna

Mientras muchos restaurantes bajan la calidad de las materias primas utilizadas, en búsqueda de reducir costos, por suerte abren otros con foco y prioridad en la elección de los productos utilizados. Uno de ellos es Piola Fabbrica y Bottega, lugar que busca respetar y honrar las tradiciones de la península itálica, con buenos productos y preparaciones ajustadas.

Impresiona la puesta del local, con mesas de mármol, heladeras suspendidas y una impoluta cocina que asoma al fondo. Apenas ingresar, una heladera exhibe la variedad de pastas que se preparan en el día, siempre frescas. Imperdibles los ravioles ($80 a $145, rellenos para todos con los gustos) con una masa que logra un muy buen dente. Párrafo aparte para el pesto, elaborado con muy buen aceite de oliva, verdaderos piñones y hojas de albahaca, trabajado todo en el mortero hasta lograr el punto justo. Si la idea es comprar para cocinar en casa, en las estanterías hay vinos, licores, pasta seca, tomate italiano y un largo etcétera de productos de almacén que vale la pena curiosear

El menú del restaurante es amplio, con opciones para todo el día. Es posible desayunar con un café Segafredo y muy bien hechas medialunas de manteca. A mediodía, almorzar un plato de capeletti de carne vacuna y cerdo, hechos a mano, acompañados con pesto y una copa de Saint Felicien y café, todo por $320, un precio acorde a la calidad y el entorno.

La casa pone especial atención a la elaboración de los panes y sándwiches. Excelente el de roquefort, berenjenas en escabeche y nueces. La hamburguesa es enorme y sabrosa, servida en un pan brioche con panceta crocante y pepinos caseros. Los amantes de los sándwiches de miga no deben dejar de probar los tramezzini bien cargados de fiambres de buena calidad y con pan muy fresco. Y, para la hora de la merienda, imperdible la pasticceria italina: cannoli de ricotta, tiramisú o panettone, todo rico, fresco y con sabores logrados. 

Productos frescos, artesanales y la mejor materia prima, en manos de gente que sabe lo que hace. No se puede pedir más.

Piola Fabbrica e Bottega queda en Libertad 1082. Teléfono: 3750-8757. Horario de atención: lunes a viernes de 10 a 21, sábados, domingos y feriados de 10 a 17.


Focaccia y algo más

Pablo Mehanna

A metros del Obelisco y en esa breve cuadra de Diagonal Norte en la que el Microcentro muta en Tribunales, se encuentra La Focaccería, un pequeño reducto que toma su nombre de un pan plano originario de Génova, elaborado con aceite de oliva, que resulta ideal para sándwiches. Se trata de un típico local de bar porteño, largo y angosto, con una buena barra y algunas mesas. La especialidad de la casa son, justamente, los sándwiches, que salen en distintos tipos de pan, más allá de la focaccia (hay también baguette y ciabatta, entre otros). Todos, elaborados in situ, algunos de ellos a partir de masa madre. Los sándwiches ($80 a $99) se preparan con productos de calidad, con rellenos originales y realmente sabrosos. Muy recomendables el Cabra (champignones salteados, panceta, espinaca fresca y queso de cabra Cabañas Piedras Blancas) y el Pesto Mortadela (mortadela con pistaccio, pesto y ricota cremosa). Hay opciones vegetarianas, otras con jamón crudo y una muy tentadora ciabatta con roast beef y cebolla morada. Las tartas, con masa casera ($80 a $88) son suculentas y sabrosas, con rellenos que no escatiman cantidad: cebolla confitada y brie; espinaca y ricota o una de calabaza queso y semillas.

Para no aburrir a la clientela (y para no aburrirse los cocineros), hay siempre un plato del día ($105), que rota a diario: puede ser una pasta, algún risotto con salmón, una hamburguesa gigante o una verdadera polenta a base de harina de maíz, productos que van saliendo según la oferta disponible y el buen saber y entender del lugar. 

Una muy buena pastelería completa la oferta: budines en porciones generosas, cookies, canelé perfectos (a $35, justifican una visita por si mismos) y una rica tarta de nueces pecan, entre otras opciones que se ofrecen en un mostrador vidriado.

Sencillo y sin estridencias, la Focacceria cumple con creces: buenos sándwiches, plato del día rico a buen precio, excelentes dulces y, por si esto fuera poco, café espresso Lavazza, servido como corresponde.

La Focacceria queda en Roque Sáenz Peña 1140. Teléfono 4282-9060. Horario de atención: lunes a viernes de 7.30 a 18.