Estados Unidos sorprendió al mundo este miércoles al anunciar que apoyará el reclamo por la suspensión de las patentes de las vacunas contra el coronavirus para aumentar la producción y distribución de las dosis. “Estos tiempos y circunstancias extraordinarios exigen medidas extraordinarias”, anunció la representante Comercial de ese país, la embajadora Katherine Tai.
Luego del anuncio de la administración de su par Joe Biden, Alberto Fernández celebró la decisión y aseguró a través de su cuenta de Twitter que “todos y todas deben poder acceder a la salud".
Por su parte, la canciller alemana Angela Merkel no dio el visto bueno al pedido de liberación temporaria de las patentes. Según su portavoz, la oposición de la mandataria se debe a que "la medida causa complicaciones graves en la producción de insumos".
La postura del país europeo se da en un contexto de mucha sensibilidad en el tema, cuando unos pocos países -en general productores- concentran la gran mayoría de las dosis del mundo y el resto sufre de importantes retrasos en la producción y problemas en la logística para obtener suficientes vacunas para cumplir con sus metas de inmunización.
Fernando Peirano, licenciado en economía y presidente de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+I), explicó en diálogo con Las últimas noticias la importancia de contar con un acceso libre al conocimiento del desarrollo y producción de las vacunas para solucionar- en parte- el problema de la escasez.
“Poner una pausa al derecho que tienen las empresas de explotar comercialmente la vacuna resuelve parcialmente el problema. Hay dos restricciones que siguen estando: la escasez de insumos para producirlas, y los países que han stockeado y que tienen más dosis que habitantes. Esto debe ser lo que resolvamos”, señaló.
Peirano subrayó que si bien la liberación de las patentes “ensanchan las oportunidades” de escalar en la producción de las dosis, la solución no es inmediata y apuntó que la postura de los países que apoyan la medida es táctica más que solidaria.
“Los países centrales reconocen que la estrategia que han adoptado ellos para enfrentar la pandemia muestra su debilidad y limitaciones. Entienden que si no se vacunan a todos los habitantes no se va a poder bloquear la expansión del virus y nadie va a estar seguro”, analizó.
En esa línea, agregó: “Mientras algunos creen que están construyendo un escudo porque vacunan a gran parte de su población, en otra parte del mundo hay un laboratorio natural de variantes que pueden ser potencialmente peligrosas. No es un gesto generoso sino más inteligente liberar las vacunas”.
Además, Peirano se refirió a la estrategia que viene adoptando nuestro país para lograr el aprovisionamiento de vacunas, con una fuerte apuesta no sólo a la compra sino a la producción y al diseño local de las mismas.
El presidente de la Agencia I+D+I contó que el proyecto más avanzado en estos momentos es el del Laboratorio Richmond en conjunto con el Instituto Gamaleya para el llenado y el envasado en nuestro país de la vacuna Sputnik V. También avanza el acuerdo entre entre Sinergium y el laboratorio chino Sinopharm para producir la vacuna china.
“Son dos posibilidades concretas y me parece muy acertado que se siga probando con todos los otros diseños. Hoy hay unas nueve vacunas habilitadas en el mundo, pero hay otras 125 que vienen atrás cumpliendo con la fase 3. Tenemos que abrir el juego todo lo que se pueda”, remarcó.