El teatro sigue hurgando en los viejos arcones de la historia y se pone los ropajes de aquellos andariegos personajes que, en sus carromatos, iban de pueblo en pueblo para conectarse cara a cara con los pueblos pobres, en los establos o en algunas plazas. Hoy, a las 20, en Espacio Bravo (Santiago 150) la Compañía teatral Piripitifláuticos, bajo la dirección de la actriz Julieta Pretelli, estrena El médico a palos, un clásico del histórico Moliere, representado por primera vez en el año 1666.
Pretelli se especializó en teatro infantil desde el 2011, escribiendo y produciendo sus propias obras teatrales, para luego actuarlas ante el público, y formando parte de dos compañías auto gestionadas de teatro para niños: La Narina y Coconautas. Este acercamiento a la obra de Moliere tiene antecedentes en los cursos de comedia del arte dictados por Leandro Urrere y del que fuera partícipe durante cuatro años, hasta pasar a coordinar ella misma esos cursos en la Asociación Veneta de Rosario.
"El médico a palos la elegí, en primer término, por ser un clásico, a los cuales entiendo como un formato literario que ‑-a pesar de los siglos transcurridos-‑ nos proponen temas que siguen siendo totalmente vigentes; temas que desnudan las fortalezas y falencias de grupos sociales, individuales y mundiales", dice la directora a Rosario/12.
Pretelli, que dirigió hace dos años uno de los monólogos de la puesta teatral Heroínas, con dirección general de Juan Nemirovsky, considera que la obra de Moliere se constituye en un clásico que atraviesa, entre otras cosas, la fortaleza e inteligencia femenina ante una sociedad opresora del género femenino. Concretamente, El médico a palos sedujo a esta joven directora por una temática que viene a instalarse con gran vigencia en la actualidad y que vuelve la mirada sobre el rol de la mujer en las sociedades patriarcales.
- Este estreno tiene que ver con el desafío de abordar un género que venís estudiando hace algunos años.
- También la elegí por ser una obra perteneciente al género de comedia del arte, estilo teatral que recorrí y perfeccioné durante largos años de mi vida, el cual se funda, sobre todo, en la crítica social, la lucha de las clases sociales, la miseria humana fundada en el poder económico.
Casi coincidiendo con una panorama social que nos toca de cerca, la obra de Moliere también plantea, según Pretelli, "la astucia del proletariado para subsistir entre tanta pobreza y sometimiento y la supuesta inteligencia del 'poderoso' sostenida en una ingenuidad constante".
Esta inquieta directora participó en esta temporada como asistente de dirección de la obra La comedia peronista dirigida por Pablo Fossa, y como actriz en la obra Máquina Schreber dirigida por Hugo Cardozo, realizando cursos de clown y máscara neutra con Adrián Giampani y José Guirado, experiencias que se podrán ver en esta obra de Moliere.
"La elección de medias máscaras, vestuario clásico, instrumentos musicales utilizados en vivo y la escenografía minimalista me permitió mantener la estructura clásica del género y, a su vez, la apertura de vincularla con la actualidad, anexando la Edad Media con la posmodernidad, la música, los textos, los juegos teatrales y aquello que desenmascaramos ante todos y todas", dice la directora a Rosario/12.
A la hora de resignificar el tema del humor y su importancia en este tipo de obras, la directora recupera el lado más crítico de esta poética. "Estos temas que se narran desde el humor hacen posible la denuncia y exposición de los mismos de una forma atractiva y tolerante. El humor nos posibilita gritar aquello que muchas veces callamos, y qué mejor que hacerlo desde la ficción y el entretenimiento", dice Pretelli.
El elenco de El médico a palos está integrado por Joaquín Aira, Lucas Aquino, Sofía Colusi, Ilya Miljevic y Ana Salinas, con el aporte de Marisol Moncada en el vestuario.