A pedido del ministerio de Educación, el pedagogo de fuste de Toma y Daca, Julián Elencwajg, dio una clase magistral sobre conservacionismo y especies extintas.
¿Vieron alguna vez un dodo, chiques? ¡Claro que no! ¿Y saben por qué? Porque el dodo se extinguió. El raphus cucullatus o dodo era un ave no voladora endémica de la isla Mauricio, situada en el océano Índico, a 900 km. de la isla de Madagascar. Si leyeron Alicia en el país de las maravillas, el clásico de Lewis Carroll, chiques, recordarán que en el capítulo 3 del libro aparece un dodo que organiza una carrera circular, decide que todos ganaron y dice que todos deben recibir un premio.
¿Por qué no hay más dodos?, me imagino que se estarán preguntando. El dodo se extinguió por culpa de los seres humanos que introdujeron nuevas especies en su hábitat y destruyeron los bosques donde subsistía. A fines del siglo XVII, un siglo después de la llegada de los seres humanos a la isla donde vivía, el dodo dejó de existir para siempre.
La historia de la extinción de los dodos debe servirnos de ejemplo, chiques, para valorar los dichos de procurador del Tesoro de la Nación Carlos Zannini, que demostró su espíritu conservacionista al declarar que la sociedad debe proteger al Perro Verbitsky para que no deje de existir como el dodo. Argentina tiene al único ejemplar de esta especie en todo el mundo y debe hacer todo lo posible para mantenerlo vivo.
El espíritu conservacionista, chiques, seguramente sea el motivo que hizo que el Gobierno eliminara el feriado puente del 24 de mayo. Al estar libres de presencia de personas que viajan a los centros turísticos, es probable que en las rutas se pueda ver especies en peligro de extinción como el trabajador en blanco en relación de dependencia, que ve su hábitat amenazado por la introducción de los intentos de modificación de los convenios colectivos de trabajo, las paritarias perjudiciales y una inflación que ataca en forma sistemática su salario real haciendo que sea cada vez menor.
Acá me llega un mensajito de un chique que me pregunta si el trabajo en blanco en relación de dependencia y la movilidad social ascendente se van a extinguir como el dodo por depredadores como los fondos buitre, las ratas que quieren pagar miserias, los gorilas y los carneros. No tengo una respuesta definida para ese interrogante, pero sí algunos datos que me permiten pensar que es posible que la especie se extinga: el INDEC dijo que 2020 terminó con una pobreza del 45,3% y que hay 20 millones y medio de pobres. Y la Encuesta Permanente de Hogares reveló que la pobreza infantil, que es la de los menores de 14 años, llegó al 62,9% a fines del año pasado. Y si a eso le sumamos el aumento del precio de los alimentos y la nafta, es probable que la especie conocida como “homo argentinus” se sume al dodo en la lista de extintos por culpa del hombre.