Esa extraña obsesión de la oposición y de los operadores del poder real por la vacuna Pfizer les hace perder toda capacidad de poder reconocer la campaña de vacunación que se está llevando adelante en Argentina.
No son pocas vacunas las que recibió la Argentina. Sí ojalá hubiera sido antes. ¿Quién no hubiera querido que sea antes? ¿Qué gobierno atentaría contra su población y contra sí mismo de esta manera? Lo hizo el macrismo, y perdió las elecciones. La lógica de un gobierno popular es otra.
No se trata defender a cualquier precio y sin distinciones al gobierno del Frente de Todos que ha cometido muchos errores, como también lo han cometido la mayoría de los gobernadores. La situación sanitaria es grave y probablemente tenga que ver con cierto relajo en pos de mejorar la situación económica. Eso hizo que esta vez las restricciones llegaran tarde cuando hacía semanas que médicos y científicos las pedían.
Ayer llegamos a las 80 mil muertes, es un número muy alto. En algunos lugares el nivel de ocupación de camas y sobre todo de agotamiento del personal de salud es grave, y eso también resiente la atención de los pacientes.
La semana pasada decíamos que algunos mandatarios juegan con fuego. Córdoba volvió a las clases presenciales y eso hizo que unos días después tuviera que volver a la Fase 1. En Mendoza, Cornejo, a pesar de la delicada situación sanitaria, decidió que no sumará restricciones este fin de semana.
Por eso me pregunto que es lo que convence a la oposición a generar sospechas no justificadas acerca de la vacunación que se está realizando cuando de eso depende la vida de millones de personas.
Es sano que exista una oposición y un periodismo atento, pero la defensa encendida pro Pfizer que hacen y los cuestionamientos muchas veces irracionales a las políticas sanitarias le quitan toda seriedad a cualquier cosa que hagan.
El lunes es el día del periodista, muchos van a aparecer golpeándose el pecho mostrando la camiseta del periodismo independiente, y está todo bien. Pero reflexionemos cuál es el rol del periodismo.
Si el mundo se viene abajo, se cae a pedazos, si todos los días hay miles de muertes en el mundo, cientos en nuestro país, si un virus nos golpea, ¿Qué podemos hacer? ¿Generar caos, miedo, desconcierto? ¿Ese será el trabajo esencial que hacemos en pandemia?
Podría ser una oportunidad también para reivindicar la actividad, porque la verdad venimos bastante mal, perdiendo credibilidad merecidamente, a troche y moche.
A mi me parece bárbaro que se cuestione, se analice y repiense el rol de los medios. Urge mejorar la comunicación.
Hay buenas noticias sobre la vacunación: la producción en Argentina de Sputnik, la extensión del contrato por 10 millones más con Gamaleya, el ritmo de vacunación de esta semana. Es probable que los Argentinos en general tengan una mejor percepción de lo que ocurre con la vacuna que lo que cuentan los medios.