Desde Madrid
Forum Europa o Foro Nueva Economía, una organización de debate en España, invitó al senador Álvaro Uribe esta semana a Madrid. En un desayuno informativo asistido por destacados empresarios y políticos de derecha españoles, el ex presidente presentó cifras de economía y seguridad lanzando fuertes críticas al Proceso de Paz en Colombia. Su campaña internacional en contra de la salida negociada al conflicto con las insurgencias llenó esta vez el auditorio del Hotel Ritz donde, el día anterior, algunos activistas se manifestaron para expresar su rechazo por la presencia de Uribe en el país Ibérico.
Durante su presentación de una hora, Uribe mostró datos de aumento de homicidios en ciudades capitales y también se refirió a la economía de su país. “No dejé a Colombia convertida en un paraíso, pero iba mejorando”, expresó rápidamente sin detallar la otra cara de los homicidios actualmente en Colombia: que gracias al acuerdo de paz con Farc no hay un herido de guerra más hace un año, que se han dejado de perder 1.200 vidas por cuenta del fin del conflicto con esa guerrilla, y que las acciones militares de las Farc se redujeron en un 98% desde el año pasado.
Por otro parte, mientras el homicidio en general tiende a la baja en todo el país, va en aumento el asesinato a líderes sociales que promueven en la pedagogía y apoyo al Proceso de Paz. PáginaI12 le consultó a Uribe su opinión sobre los homicidios, a lo que el senador del Centro Democrático evadió diciendo que toda muerte violenta en Colombia le preocupa.
–Mientras usted hace campaña internacional en contra de la Paz, los líderes campesinos y humildes que defienden el acuerdo en Colombia están siendo asesinados. ¿Eso le preocupa?
–Me peocupa la impunidad que le han dado al grupo terrorista Farc pues incentiva la criminalidad.
En una breve conversación con PáginaI12, Uribe explicó que han asesinado a muchos colombianos de diferentes orientaciones y que le parece muy grave el asesinato de cualquier colombiano.
Por otro lado, no quiso contestar a la pregunta de la prensa que al terminar el evento le consultó cómo van las investigaciones contra su hermano Santiago Uribe sindicado de fundar grupos paramilitares. “Dejemos ahí”, dijo, y marchó para tomarse fotos con empresarios españoles y colombianos que comparten inversiones en Colombia, en sectores económicos y territorios donde están siendo asesinados los líderes sociales que, además de defender la paz, se oponen a proyectos minero energéticos.
En el Forum Europa, Uribe insistió en que sus críticas contra el gobierno de Juan Manuel Santos, quien logró un acuerdo con las Farc tras cuatro años de negociaciones en La Habana, no son a su país en general, pues comúnmente lo tildan de apátrida por viajar por el mundo con un mensaje negativo sobre la salida negociada a la guerra colombiana.
“Mi crítica no es al pueblo colombiano al que amo, es al actual gobierno, con el que discrepo fundamentalmente”, dijo el ex mandatario, repitiendo que Colombia merece un mejor gobierno y respondiendo que si su partido llega a la Presidencia en las próximas elecciones no eliminará por completo el Acuerdo de paz con las Farc pero sí lo modificará ampliamente.
Como en otros escenarios, en Madrid Uribe dejó ver que le molesta lo que llama “impunidad” para los integrantes de Farc que pagarán 5 u 8 años de arresto domiciliario, en caso de reconocerse culpables de crímenes de lesa humanidad. Y en caso de no reconocerse pagarán más de 15 en cárceles comunes. Los demás rebeldes, incluidos quienes están hoy prisioneros, serán indultados y amnistiados, así como apoyados para volver a la vida civil. Estos 7 mil hombres y mujeres, en su mayoría campesinos, están dejando sus fusiles para continuar la lucha por sus ideales en la política.
El próximo 27 de junio culminará la dejación del total de armas de Farc con la vigilancia y acompañamiento de Naciones Unidas, pero aún así el mensaje de Uribe fue de desconfianza. “Que hay entrega de armas sí, pero existen todas las dudas acerca del desarme total”, expresó al terminar el evento en Madrid y antes de viajar a Valencia donde ofreció una conferencia rechazada por los exiliados colombianos quienes, justamente una semana antes de la llegada de Uribe, fueron amenazados en una carta firmada por paramilitares que los declararon objetivo militar.