Se vienen las elecciones de medio término en el mes de septiembre y parece que la interna de la oposición, por llamarla de alguna manera, se hace sentir.
Esta interna de Juntos por el Cambio no es otra cosa que la disputa por cargos. Quiero decir, no es una interna que lo diferencie a partir del modelo de país en el que quieren, creen y desean.
Es simplemente una disputa para ocupar cargos públicos, en este caso para ocupar diputaciones, senadurías, legislaturas para así configurar su poder de cara al 2023 y poder elegir su propio presidente dentro de Juntos por el Cambio.
Los matices que se dan dentro de este espacio no son otra cosa que la lucha por esos cargos y también una lucha por el ego.
En la Unión Cívica Radical, que apenas busca recuperar algo de dignidad ya perdida, y que están intentando levantarse los pantalones y dejar de estar al desnudos frente a una sociedad que ya los ha visto en toda su mezquindad y ha visto con enorme pudor cómo han echado por tierra tantos años de historia democrática y popular.
Sin embargo, la Unión Cívica Radical quiere poner en juego, hacer valer su estructura partidaria a nivel nacional, su aparato, como suele decirse.
Es la que pueden jugar para ganar alguna Diputación y, en todo caso, poner alguna figurita medianamente considerable en 2023.
Por otro lado, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, que quieren mostrarse como la nueva cara de la derecha, diferenciándose de Macri y de Bullrich con las banderas del diálogo, de la educación y de lo nuevo aunque muchos somos los que sabemos que son más de lo viejo que tanto daño nos hizo y nos hace.
Mauricio Macri y Patricia Bullrich, por su parte, quieren profundizar lo que fueron, están convencidos. Si somos feos, sucios y malos, bien. Cuanto más sucios, más feos y más malos seamos, más vamos a polarizar. Y en esa polarización ganamos.
Después está Monzó y Massot, que buscan mostrarse como la pata peronista que le va a dar conciencia social a un juntos por el cambio, que no es otra cosa que un instrumento de la derecha más salvaje en nuestro país.
Ninguno de ellos se diferencia por el modelo de país que defienden. Ninguno de ellos se diferencia en los intereses que representan y por los que están dispuestos a dar todo.
Por lo tanto, aquí no hay una interna real. En todo caso, lo que sí hay es un matiz. La gran interna de Junta por el cambio es entre aquellos que desconocen absolutamente la realidad de un pueblo que sufre, de un pueblo que no tiene trabajo, que tiene hambre y por lo tanto, no hacen para transformarla frente a aquellos que, conociéndola, no les importa. Por lo tanto, tampoco hacen ni harán nada para transformarla.
Esa es la verdad interna de juntos por el cambio entre los insensibles que solo miran desde un lugar de clase. Y aquellos que no solo la insensibilidad los conforma, sino que además el desprecio por el otro y su propia centralidad de poder hace que nada transformen.
La interna de Juntos por el Cambio es una fantochada más. juntos por el cambio sólo disputa poder, y de caja y para ver quién tendrá posibilidad en el 2023 de saquear la Argentina, de recortar derechos y llevarse su tajada.