Este sábado se realizó el Primer Foro Federal hacia una Reforma Judicial Feminista convocada por las organizaciones integrantes de Ni Una Menos y un sin numero de agrupaciones políticas y sociales.
La reforma busca conmover y transformar las cosmovisiones que imperan en el Poder Judicial a partir de la inclusión de la perspectiva de género en su funcionamiento, integración e intervención.
La abogada y docente universitaria Natalia Salvo, se refirió al respecto y calificó al Poder Judicial como “el poder menos democrático, más corporativo y más endogámico de los tres poderes del Estado”.
“El Poder Judicial ha mostrado una reticencia a ajustarse incluso a sus propósito de administrar justicia. Los ciudadanos y cuidadanas están acostumbrados a que no llegue a tiempo ni de manera adecuada, a que no sea cercano y que sea en un lenguaje encriptado”, aseveró Salvo.
Además, y apuntando particularmente a la reforma feminista, aseguró: “No podemos soslayar que el Poder Judicial está atado a una lógica patriarcal”.
En esa línea, la abogada precisó que un estudio de la propia Corte Suprema reveló que si bien la la justicia está conformada en su mayoría por mujeres, los puestos de jerarquía -jueces y camaristas, entre otros- están integrados en un 80 por ciento por varones. Asimismo, ciertos puestos están feminizados, tales como el fuero civil o las labores administrativas. “El piso pegajoso o techo de cristal también sucede en el Poder Judicial”, señaló.
“Necesitamos un cambio de cosmovisión desde donde se ve el derecho. El colectivo feminista está relegado, no hay sensibilidad para sus demandas. Toda la mirada del derecho tiene una perspectiva patriarcal”, aseveró Salvo.
Por otra parte, la abogada se refirió a las resistencias al interior del Poder Judicial de abrirse a las demandas de reforma y explicó que esa renuencia se debe a el temor por la pérdida de privilegios el interior de la justicia por parte de los varones.
“La Corte Suprema se resiste a capacitarse en la Ley Micaela, es el único poder del Estado que no lo ha hecho. Hay mucha reacción conservadora a perder ese lugar privilegiado que tienen los varones dentro del Poder Judicial y eso hace que cierto sector se cierre más”, señaló.
“La reforma judicial feminista es un camino de ida y no tiene retorno su visibilización. La fuerza de este colectivo no va a cesar en este reclamo. Va a llevar mucho tiempo porque no es sólo una cuestión legislativa sino también una profunda transformación de la mirada del derecho”, concluyó.