En estos días comienza la campaña política de las próximas elecciones que se disputarán en el mes de septiembre. Una campaña política que muchos pueden entender que ya comenzó, pero que, sin embargo, empezará a mostrar sus garras, sus discusiones y sus operaciones en pocos días.
Elecciones que van a ser muy importantes para el Gobierno nacional, como así también para la oposición. De ganarlas con amplitud el Gobierno se garantizaría tener mayoría en la Cámara de Diputados. Ya la tiene en el Senado, pero con una mayoría en la Cámara de Diputados podría avanzar con su plan de gobierno, llevando adelante, por ejemplo, la reforma judicial o la ley de Emergencia Covid-19, entre otros tantos proyectos que han quedado trabados por una oposición que se opone absolutamente a todo.
De esta manera, entonces el gobierno podrá, con las reglas de la democracia, llevar adelante aquellos proyectos por los cuales fue elegido para gobernar. Y a la oposición, por su parte, le va a ser bastante más difícil oponerse a todo por el simple hecho de buscar desestabilizar al Gobierno.
Hay una falsa consigna en esta democracia neoliberal que se ha instalado la sociedad de que lo mejor que le puede pasar a la democracia es que en el Congreso la mayoría esté constituida por un partido distinto o por la oposición al Poder Ejecutivo, asegurando que de esta manera se garantiza la pluralidad y la democracia.
Que el presidente sea de un partido y que mayoritariamente la oposición gobierne el Congreso de la Nación. De esta manera, aseguran, se evitaría un gobierno autoritario.
Esta es una de las grandes mentiras del modelo, porque la democracia no se fortalece o se deja de fortalecer por quienes integren las bancas o el sillón de Rivadavia, sino que se fortalece a partir de que quienes eligen a esos representantes lo hagan con la mayor libertad posible, sin operaciones de prensa, sin mentiras de campaña y sin engaño.
La democracia, entonces, se garantiza cuando esa representatividad es elegida a través de un voto que no ha sido viciado ni por el odio, ni por el dinero, ni por el poder mediático que todo lo ensucia.
No es más democrático un Gobierno porque en el Congreso tenga mayoría opositora. Eso es una gran mentira, pero es lo que Junto por el Cambio quiere instalar. Es la idea de que estamos a siete votos de ser Venezuela.
¿Qué buscan con esto? De alguna manera buscan instalar la idea de que se viene el autoritarismo si gana el Frente de Todos. Al mismo tiempo instala una lógica de campaña política qué es "no votes a favor de sino que vota en contra de". No es un voto por lo positivo, sino un voto a partir del miedo, para evitar el riesgo.
Juntos por el cambio comienza a trabajar en una campaña donde va a priorizar las emociones por encima de la razón. Jugará con el odio, con la indignación, con el miedo, con la desconfianza, con el enojo. Porque si llevase las discusiones a la racionalidad política, no tiene nada que demostrar ni nada que mostrar a partir del desastre que hicieron en su gobierno.
Racionalizar la campaña sería para ellos sacar las cartas. Miren, esto hicimos nosotros, esto se está haciendo ahora y ahí se les haría más difícil. Entonces va a buscar fortalecer ese voto permanente que existe en la Argentina para llegar al 35 por ciento un poquito más, dicen los que saben que es un voto emocional. El voto antiperonista, el voto antipopular, el voto de antipolítica, el voto del anti kirchnerismo.
Todo que se amalgama de una manera para evitar que alguien entre tenga la suma del poder público como algunos quieren instalar. Esta disputa no es poco. Es una disputa que se va a instalar en la sociedad. ¿Para qué? Para que en el fondo no discutamos política. Para que en el fondo terminemos creyendo que lo mejor que le puede pasar a este gobierno es que haya una oposición que no lo deje hacer nada.
Sería una enorme hipocresía de esta democracia creer que un presidente ha sido elegido para que una oposición sea elegida para que no lo deje gobernar. Esta es parte de la trampa a la que empujar a Cambiemos en estos días venideros de acá a septiembre. Y en los que habrá que estar alerta.