En su columna en La Mañana, Fernando Borroni critica con dureza a Horacio Rodríguez Larreta por anunciar el regreso total a clases presenciales en la Ciudad de Buenos Aires a partir del 4 de agosto. "¿Vamos a discutir en la Ciudad de Buenos Aires el espacio verde? ¿Vamos a discutir sobre las familias que continúan viviendo en situación de calle?", se pregunta

Ya no sorprende que para algunos la política sea simplemente una escalera para llegar al poder o un colchón para acomodarse en el poder. Lo que sí indigna, aunque tampoco sorprende, es cómo muchos son capaces de poner en riesgo la vida del otro, precisamente para sostener ese interés individual de llegar al poder o sostenerse en él.

Ahí se encuentra la decisión de Horacio Rodríguez Larreta de que a partir del mes de agosto, las escuelas porteñas retomen su actividad casi normal, donde las burbujas van a dejar de existir, los grados varían en forma completa, donde los cursos completarán el viejo esquema de la escuela, pero en plena pandemia.

Larreta toma esta decisión sin datos epidemiológicos que le asegure al gobierno porteño que para esa fecha los casos van a seguir bajando. Sin un dato epidemiológico a considerar que le den argumentos para sostener esta decisión.

Mirá la columna de Fernando Borroni

https://www.youtube.com/watch?v=EJXlBvkKTRE

Casi ninguneando lo que le pasa al mundo con la variante Delta. Parece desconocer que más temprano que tarde, inevitablemente va a llegar a la Argentina y sin reparar en la necesidad que aún existe de seguir cuidándonos.

Larreta toma la decisión desde una profunda mezquindad política. Vamos a estar en plena campaña electoral discutiendo si los chicos deben ir todos y todos los días a las escuelas. Por lo tanto, queriéndolo o no, vamos a discutir su línea de campaña en la Ciudad de Buenos Aires. Por eso tomaron la decisión de que el retorno de clases sea en agosto.

¿Vamos a discutir en la Ciudad de Buenos Aires el espacio verde? ¿Vamos a discutir sobre las familias que continúan viviendo en situación de calle?

Fernando Borroni

Vamos a escuchar a María Eugenia Vidal, ahora una porteña de pura cepa que va a estar enarbolada abrazada a la bandera de la educación pública. Nadie va a recordar que cuando fue gobernador cerró escuelas, nadie va a recordar que le descontó el salario a los docentes que se manifestaron y lucharon por sus derechos.

Mientras los niños y los padres durante el mes de agosto vamos a estar con el corazón en la boca ellos van a ser el rostro de la defensa de la educación pública.

Ahora, hay que decir que el problema no es ni Larreta ni Vidal. El problema es una ciudad que se la pasa consumiendo mayoritariamente los grandes medios y que discute la política bajo los parámetros de esos medios.

En la Ciudad hace 14 años que gobierna la derecha y parece que no podemos discutir otra cosa que no sea esta instalación de la agenda de un tema que les conviene, aunque a la mayoría lo genere daño.

"¿A los porteños les interesa esta discusión?"

¿Vamos a discutir en la Ciudad de Buenos Aires el espacio verde? ¿Vamos a discutir sobre las familias que continúan viviendo en situación de calle? ¿Vamos a discutir los negocios inmobiliarios, el problema habitacional, el negocio de la basura, el abandono de la salud y la educación pública, el sistema de estacionamiento y de acarreo de la Ciudad de Buenos Aires? ¿En algún momento discutiremos sobre el Estado represivo de la derecha hace 14 años?

La pregunta también es: ¿Le interesan estas discusiones a la mayoría de los porteños? O somos una ciudad que nos ha ahogado el individualismo, la libertad individual, la idea de propiedad privada y de que el otro es mi enemigo, mi adversario, con el que en todo caso debo confrontar porque la ciudad no me propone otra cosa.

Lo que está claro es que ellos quieren que discutamos la educación, no solamente porque saben que ahí tienen un terreno en el que pueden dar una disputa y ganarla, sino que al mismo tiempo van a esconder otras discusiones que son urgentes y necesarias a la víspera de otra maniobra de Larreta y los medios de oposición donde está en juego la niñez.