El episodio que sufrió esta semana “Chano” Moreno Charpentier volvió a poner en debate una vieja discusión de la política argentina: ¿las fuerzas de seguridad deben estar equipadas con pistolas eléctricas tipo Taser? Más allá de la falta de capacitación para abordar a pacientes con crisis emocionales y problemas de salud mental, expertos en seguridad y dirigentes opositores impulsan su utilización, mientras que organismos de derechos humanos lo rechazan de forma tajante.
El debate por el uso de las Taser se reavivó tras el violento ataque que sufrió Chano en su casa de Barrio Parque La Verdad, en Exaltación de la Cruz, donde en medio de una crisis emocional fue baleado por un efectivo de la Policía Bonaerense que intentaba reducirlo. Según la versión policial, el exlíder de Tan Biónica atacó al uniformado e intentó agredir a su propia madre, que rechazó esa versión y dijo que su hijo no había atacado a nadie.
Tras el episodio, que provocó una gran conmoción, ya que Chano permanece internado y tiene comprometido el páncreas y un riñón, entre otros órganos, el propio ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, afirmó que “es un buen momento para volver a discutir si la policía debe contar con pistolas Taser”. “Esto no hubiese ocurrido”, sostuvo Berni, que defendió al policía que baleó al músico en medio de una crisis de salud mental: “Hizo lo que tenía que hacer, lo neutralizó”.
El uso de armas no letales en Argentina
En diciembre de 2019, la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, derogó una serie de decretos y protocolos impulsados por Patricia Bullrich durante el gobierno de Mauricio Macri que impulsaba el uso de las Taser, que fueron adquiridas en el último tramo de su gestión y que autorizaba la implementación en lugares concurridos, como terminales, aeropuertos y estaciones de tren.
Cuando era jefe de Gobierno, Mauricio Macri intentó comprar pistolas eléctricas, aunque el caso terminó judicializado. Años atrás, el caso llegó a la Corte Suprema, que autorizó el uso de las armas para la Policía de la Ciudad.
En 2019 Bullrich anunció la compra de cien armas, aunque en enero de 2020 el gobierno de Fernández reveló que nunca habían llegado al país.
“Ni taser ni balas de plomo”
La titular de la Coordinadora contra la Represión (Correpi), María del Carmen Verdú, cuestionó la propuesta de una “alternativa al arma de fuego” y pidió “impulsar el debate sobre las formas correctas de la actuación estatal para preservar la vida y la integridad física de las personas”.
Consultada por AM750, Verdú aseguró que “toda arma es letal porque sirve para herir o matar” y cuestionó que se promueva el “falso debate entre un disparo de un arma .9 milímetros una descarga eléctrica”. “Son picanas portátiles a distancia, es inaceptable el uso en un país con nuestra historia, por eso decimos ni Taser ni balas de plomo”, puntualizó.
La oposición, al rojo vivo
La propia Bullrich volvió a pedir el uso de las pistolas Taser esta semana tras el episodio que sufrió Chano. “¿Dónde están las pistolas que compramos? La Policía sólo tiene un arma de fuego para enfrentar a un agresor con un cuchillo, con la Taser se neutraliza y el policía se defiende. Chano no estaría gravemente herido”, disparó la exministra.
María Eugenia Vidal se expresó en el mismo sentido: “Utilizar las Taser evita males mayores. Se ideologizó cuando esta herramienta hubiera evitado un mal mayor, es una herramienta válida”.
Más críticas al uso de las Taser
“Se escucha con alarmante insistencia que las Taser pueden salvar vidas, es evidente que son menos letales o dañinas, pero no están exentas de riesgos, más bien todo lo contrario: hay evidencia de que se usan en el mundo en situaciones injustificadas”, sostuvo Paola García Rey, directora adjunta de Amnistía Internacional Argentina, ante la consulta de AM750.
En este sentido, sostuvo que hay “enormes cuestionamientos” en relación a los derechos humanos, y expresó que como las armas no dejan marcas en el cuerpo, “muchas veces pueden ser utilizadas como herramientas de tortura”. “Rechazamos que ante una crisis de salud mental la respuesta del Estado sea desde las fuerzas de seguridad, muchas veces se subestiman los riesgos que produce una descarga eléctrica en la vida de las personas”, agregó García Rey.
Por su parte, el médico clínico especialista en Conductas Saludables y prevención de enfermedades Marcelo Suárez aseguró que “el disparo a partir de una pistola Taser no es inocuo, ya que produce una descarga de miles de voltios (50 mil) que puede generar complicaciones sobre todo en el sistema eléctrico cardiaco".
"En comparación a un arma de fuego, entiendo que el daño sería menor, pero no nos desviemos del principal motivo que es evitar el peligro a partir de alguien que está en una situación delictiva. Por lo tanto, es importante el contexto ya que la o las víctimas son muchos más importantes que el victimario”, concluyó.
La postura de Frederic
La propia Frederic expresó en más de una ocasión su rechazo al uso de las pistolas eléctricas. En octubre, la ministra de Seguridad dijo a AM750 que se trata de “armas letales”. “Yo no prohibí su uso, derogamos el protocolo de Bullrich por ambiguo e impreciso, decía que eran armas no letales y la empresa que las fabrica dice que son ‘armas menos letales’”, sostuvo en aquel entonces.
Sin Taser para víctimas de padecimientos mentales
En diálogo con AM750, la titular de la cátedra de Salud Mental y Pública de la Facultad de Psicología de la UBA, Alicia Stolkiner, también cuestionó el accionar de las fuerzas de seguridad en el caso Chano Moreno Charpentier y explicó que en el 99 por ciento de los casos de crisis emocional un equipo con capacidad de intervención puede controlar la situación sin necesidad del uso de la fuerza.
El autor de la ley de Salud Mental aprobada en 2010, Leonardo Gorbacz, dijo esta semana a Radio con Vos que el uso de la fuerza debe ser el último recurso: “La discusión no pasa por las Taser, sino por capacitar a las fuerzas de seguridad”.
Incluso, esta semana el propio Ministerio de Seguridad aclaró que el uso de las Taser fue desaconsejado por la propia fabricante de las armas para personas que son víctimas de padecimientos mentales o que se encuentran bajo efectos de drogas. “Las armas pueden causar severas lesiones o la muerte”, indicaron desde la cartera de Seguridad.