Sin Martínez Quarta ni Mayada (suspendidos provisoriamente por la Conmebol), sin Driussi (vendido de apuro al Zenit de Rusia), sin Ponzio (Gallardo le dio descanso), sin Maidana (lesionado), sin presiones, porque la clasificación para la próxima Copa Libertadores ya estaba asegurada, sin mucha solidez en el fondo en el arranque del partido, sin mucha imaginación para atacar, más allá de Gonzalo Martínez, sin juego, sin brillo, sin pasar apuro en el segundo tiempo, sin pena ni gloria, River terminó su participación en el campeonato: segundo, a 7 puntos de Boca, el campeón.
El partido contra Colón terminó cero a cero y está bien que haya sido así si el único punto de análisis es lo ocurrido en el segundo tiempo en el que no se produjeron situaciones de gol y casi tampoco ninguna aproximación a las áreas que implicara un poco de peligro. Pero por lo ocurrido en la etapa inicial (varias llegadas, un tiro en el palo, salvadas milagrosas, excelente actuación de los dos arqueros), el cero a cero es más mentiroso que un invierno de 20 grados.
Para cerrar una semana tremenda con el tema del doping que puso a River en la primera plana de todos los medios, Marcelo Gallardo armó un equipo con muchos suplentes: Lollo, Larrondo, Montiel, Rossi, Palacios, dejó en el banco a Nacho Fernández, que entró en la segunda parte, y le puso todas las fichas a Pity Martínez, que volvió a demostrar su gran nivel de este año. Empezó volcado sobre la derecha para explotar la supuesta debilidad de Clemente Rodríguez, después empezó a circular por todo el frente de ataque, se tiró atrás, intentó jugar siempre, y metió un par de pases bochinescos que sus compañeros no supieron aprovechar. Por él, River compensó un poco la sensación de inferioridad de su equipo, que hacía agua con el mejor juego asociado del rival.
Favorecido porque River mostraba inseguridades en los centrales y en la marca del medio, Colón se hizo fuerte en los enganches de Bernardi, con Silva, Torres y Leguizamón. Tantas veces llegó el equipo sabalero que hasta hubo una chilena del Polaco Bastía en el área chica que no fue gol por muy poquito.
Por el travesaño en un tiro por elevación de Silva, por Montiel, que salvó el gol (y casi se rompe la cabeza contra un poste), en una jugada en la que Bernardi ya había gambeteado a Batalla, y por el arquero, que respondió muy bien ante varios remates desde diferentes distancias y también se manejó correctamente en las pelotas llovidas, River no recibió goles.
Y por Broun, que jugó su último partido en el Sabalero y se va a Bulgaria, Colón tampoco tuvo que ir a buscar la pelota al fondo del arco. El arquero salvó dos mano a mano en menos de un minuto contra Alario y después se anticipó muy bien a Larrondo en otra acción que parecía que iba a terminar en gol.
La diferencia entre la primera y la segunda mitad fue notable. Casi no llegaron a los arcos. En River se afirmó Montiel, dejó de subir Casco y ya no hubo tanto desborde de Colón por su sector, y en el otro lado Conti y Ortiz resolvieron con facilidad los intentos de River, que al menos fue de los dos el que pareció querer un poco más, al menos hasta los quince finales, cuando también bajó un cambio y agarró la lapicera para firmar el empate.
Después de todo, en la semana en que se produjo el impacto del doping y en el día de los festejos y las cargadas de Boca no volver de Santa Fe con una derrota, no es una mala noticia.