Se cumplen siete años del día en el que la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, anunció la restitución del nieto número 114 y terminó una búsqueda de 36 años: Ignacio Montoya Carlotto recuperó su identidad como nieto de la referente. Y si bien fue uno de los momentos más esperados por el país desde que la organización lucha por encontrar a los hijos de desaparecidos por la última dictadura militar, para Ignacio no es "un recuerdo feliz".
En un mensaje que publicó en sus redes sociales, el nieto de la activista por los derechos humanos celebró "el ejercicio de la memoria colectiva" pero reconoció que mientras un país "se alegraba, con razón justa, de un encuentro muy esperado" para el "se abría la puerta de una historia trágica que no conocía hasta ese entonces".
"Es por eso que para mí es una fecha que no festejo, es un aniversario que me nubla. Un día en el año que no niego, ni tampoco esquivo de recordar. Es una efeméride -personal y pública- que para mi tiene la característica de no poder accederlo desde un recuerdo feliz. Vivimos en un tiempo en el que podemos ver como la misma cosa significa varias cosas para cada uno y así es cómo me sucede", manifestó.
Y continuó: "Entiendo la importancia de comprender el pasado y hacer de él una escuela nos permita crecer y nos avise de aquello que se nos viene 'un pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla'. Pero creo también, que la memoria se constituye con lo sedimentado entre sus propios olvidos, espero que el ejercicio colectivo entienda de la importancia de recordar nuestros horrores y desde lo personal, cicatrizar la efeméride personal y pública, para poder así seguir".
El abrazo más esperado
Montoya de Carlotto es hijo de Walmir Oscar Montoya y Laura Carlotto. Su madre lo dio a luz en un hospital militar el 26 de junio de 1978. Ella había sido secuestrada en noviembre de 1977 y pasó por el centro clandestino de detención conocido como “La Cacha”. Sus restos se identificaron en 1985, y los de Montoya en 2009.
La conmoción por su aparición en 2014 fue colectiva. “Yo lo que quería era no morirme sin abrazarlo”, dijo en ese entonces la titular de Abuelas, ante las cámaras y los oídos del mundo. Hoy, a siete años de ese primer abrazo, afirmó que encontrar al hijo de Laura "fue una alegría enorme" que la "rejuveneció" para "seguir luchando con mucha fuerza en la búsqueda de los nietos que nos faltan".
Sin embargo, no es la primera vez que el ahora hombre de 43 años de Olavarría declara públicamente que su experiencia no es feliz en su totalidad. En una entrevista con CNN el pasado julio advirtió que "ser el nieto de Estela de Carlotto conlleva una gran responsabilidad" por las "expectativas" alrededor de su figura.
"Transito con mucho miedo algunos pasos públicos porque se que la palabra mía tiene una reverberación que antes no tenía", aseveró y añadió: "En ese momento dije que yo tenía una 'sensación' de no ser hijo de mis padres. Automáticamente me di cuenta que había que ser más claro, no podía tener la libertad poética de decir algo elípticamente".