Uno de los procesos que lleva adelante permanentemente la derecha es despolitizar a la sociedad. Ese era el objetivo de la derecha. No solamente aquí en la Argentina, sino en muchas partes del mundo.
Que la sociedad desprecia la política, que desprecia a los políticos es el éxito mismo de un modelo que en realidad necesita atomizar a la sociedad, necesita manipularla y para eso le debe quitar su mejor instrumento, que es la política.
Un pueblo despolitizado es un pueblo incapaz, ignorante y es fácilmente oprimido. Cuando el poder mediático y económico logra que nos alejemos de la política, no sólo nos quita ese instrumento para transformar nuestra propia realidad sino que nos va fragmentando. Porque si hay algo que une es la política.
La política nos une en términos de la pulsión social. Nos une en términos de la necesidad de pensar, de discutir, de debatir, de recrear. Más allá de cómo entienda cada uno que eso debe hacerse, cuando la política desaparece en realidad no nos queda otra opción que mirarnos a nosotros mismos y resolver la vida y la sociedad a partir de una mirada extremadamente individual.
Por supuesto que hubo grandes proceso de despolitización. La dictadura es uno. La política generaba miedo y así el proceso despolitización se consolidó. El menemismo significó otra etapa despolitización con una lógica de frivolidad. El macrismo fue una tercera etapa despolitización, volviendo a ensuciar la política. Con la idea de que la política es corrupta fueron despolitizando. ¿Cuál es el objetivo? Construir una sociedad apolítica que no le interese nada y así le da la oportunidad al poder dominante.
Bertolt Brecht decía que el peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa en los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio del pan, del pescado, de la harina, del alquiler, de los zapatos, de las medicinas, dependen de las decisiones políticas.
Sobre esto es donde trabaja profundamente la política, comunicacional y cultural del neoliberalismo. Quieren construir un sujeto zombi que camine hacia adelante sin saber hacia donde está yendo.
Esto es lo que intenta hacer la oposición en la campaña política. Por eso se manejan con grandes títulos, con infamias, con acusaciones para despolitizar. Hay que elevar la discusión. Ahora es la sociedad, todos, cada uno de nosotros y nosotras, que debemos exigirle a la dirigencia política y a los medios de comunicación que eleven la discusión.
Nos quieren empujar a que sólo miremos la marquesina y que sobre la marquesina hagamos grandes teorías y todo lo que está adentro, detrás del telón, es lo que realmente importa. Politizarnos es darle una disputa a la derecha y al neoliberalismo.