El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, defendió "firmemente" la retirada de Estados Unidos de Afganistán, nuevamente bajo control talibán luego de 20 años de intervención, mientras las potencias mundiales comenzaron a reacomodarse frente al nuevo escenario bajo poder talibán.
"Soy el presidente de Estados Unidos y la responsabilidad es mía", sentenció el mandatario demócrata en un discurso a la nación pronunciado desde la Casa Blanca y esperado con impaciencia tras su silencio de los últimos días sobre los históricos acontecimientos.
Ante las escenas de caos en Kabul, capital afgana, Biden -quien suspendió sus vacaciones para esta declaración- dijo que estaba "profundamente entristecido" por el giro de los acontecimientos y prometió "alzar la voz" sobre los derechos de las mujeres ante el regreso del mandato talibán.
Pero insistió en que no se arrepentía de haber retirado las tropas, a pesar de un torrente de críticas sobre el caótico final. "Respaldo firmemente mi decisión. Después de 20 años he aprendido por las malas que nunca hubo un buen momento para retirar las fuerzas estadounidenses", expuso.
La toma del poder de los talibanes se produjo después de que la OTAN pusiera fin a su misión de 9.500 efectivos en Afganistán tras la decisión de Biden de sacar las tropas estadounidenses del país. El domingo, el presidente Ashraf Ghani abandonó Afganistán cuando los insurgentes rodearon Kabul, culminando una victoria militar que los vio capturar todas las ciudades en solo 10 días.
En Las Primeras Noticias, el analista Gabriel Ben Tasgal comentó que los gobiernos de Estados Unidos gastaron “un trillón dólares y "sacrificaron miles de vidas de soldados" en su intervención en Afganistán. “La que paga todo esto es la sociedad afgana”, lamentó.