Los trabajadores despedidos de la planta de Pepsico de Vicente López decidieron ingresar a la fábrica para impedir que la firma multinacional traslade los equipos de producción. "Vamos a realizar una permanencia pacífica hasta que la empresa ponga en marcha la planta. Están invirtiendo millones en Mar del Plata, es mentira que está en crisis", advirtió el delegado Camilo Mones. Hasta el momento, el Ministerio de Trabajo impulsó el proceso preventivo de crisis solicitado por la empresa para avanzar con las indemnizaciones de los 600 despidos.
La toma de la fábrica ocurrió a primera hora de la mañana, cuando los trabajadores realizaban una asamblea para acordar la movilización y corte de la autopista Panamericana, a la altura de la avenida San Martín, en la localidad del norte del conurbano bonaerense. "Los compañeros nos avisaron que la Policía comenzó a levantar un operativo en los portones de la empresa y que venía gente de la empresa a llevarse los equipos, con los que podemos garantizar la producción y el sustento de nuestras familias", explicó otro de los voceros de la asamblea de trabajadores y sentenció: "¡Que no se lleven nada!".
A cinco días del cierre de la planta, de la que los empleados se enteraron a través de un cartel pegado en el portón de ingreso, los voceros recordaron que en el lugar "hay compañeras pasándola mal en las noches, llorando con sus hijos. Compañeras que saben que no van a conseguir trabajo en otro lugar por la situación socio-económica que estamos viviendo".
El viernes pasado, cuando se decretó un cuarto intermedio en la negociación con la multinacional, el delegado Héctor Gerez fue muy crítico del rol que ocupa la cartera laboral, encabezada por Jorge Triaca, al sostener: "Dicen que se sienten traicionados por la empresa y son ellos los que le están haciendo el favor". Gerez se refirió al proceso preventivo de crisis habilitado por Triaca y la propuesta llevada a la mesa de negociaciones, en la que los trabajadores sólo recibieron la promesa de tener sus indemnizaciones en los próximos diez días.