En su columna, Fernando Borroni reflexionó sobre la campaña electoral de Juntos por el Cambio y sostuvo que desde la oposición "no tienen nada para proponer".
No tienen nada. Esas tres palabras sintetizan el presente de la oposición en la Argentina. Tanto de la oposición política como la mediática, que a esta altura ya no pueden dividirse.
No tienen nada para proponer. Esta campaña los está desnudando de cuerpo entero. No tienen un proyecto de país. Tienen un modelo de colonia. Por tanto, en el fondo no tienen nada, ni un solo hecho que a partir de su gestión de gobierno pueda decirle a los argentinos votemos porque vamos a recuperar esto o aquello que hicimos.
No tienen nada ni candidatos medianamente creíbles ante los dedos de personas que tengan dos dedos de frente. Vidal, Carrió, Santilli, Manes, Macri, Bullrich, Tetaz, Lousteau, Negri, son una manga de mentirosos a la vista de todos los que quieran ver.
No tienen más que un manojo de mentiras, mucho odio y la posibilidad de armar una operación política tras otra. No tiene nada vinculado a la realidad. Lo poco que tienen lo tienen a partir de la posibilidad de construir relatos mentirosos para luego imponerlos como realidad.
El país para pocos que la derecha representa sólo incluyen al 10 por ciento más rico de la Argentina. Sólo el 10 por ciento de aquellos que tienen mucho pueden estar cerca de lo que significa el espacio de Juntos por el cambio.
Hay otras porciones de la sociedad que en todo caso pueden votarlo, no porque juntos por el cambio representen sus intereses sino porque representan aquellos que quieren pertenecer a un espacio al cual no pertenecen, pero están convencidos que de votarlo se acercan.
La oposición a todo gobierno popular tiene aproximadamente un 10 por ciento que es oposición porque disputa intereses y otro porcentaje que quiere pertenecer.
Por tanto, no existe una oposición política en términos políticos al Gobierno popular. No existe ni el macrismo, ni el larretimos ni nada por el estilo. Lo que existe es el anti: el antiperonismo, el anticristianismo, el anti derecho, los antivacunas.
No tienen nada, porque cuando permanentemente sos lo opuesto a aquello que las mayorías acompañan no sos nada. El anti no constituye un valor político. En esta elección se va a votar entre lo anti o la posibilidad de construir un país donde la desigualdad no sea la regla y donde la oportunidad para todos y todas sea un piso que nadie pueda poner en discusión.
Se busca construir un país a partir de lo que se quiere, de lo que se desea, de lo que se sueña colectivamente. Ese país no se puede construir desde el desprecio, desde lo anti.
No tienen nada. Se quedaron sin relato. No tienen propuestas porque de contarlas nadie los votaría. No tienen valores, no tienen ética. Lo que tienen es un pasado que nos ha condenado. Lo que tienen es un pasado de horror. La lucha por visibilizar que en realidad están vacíos de contenido y son apenas cáscara también será parte de esta campaña.