Las peleas de los hermanos Gallagher, las de Lennon y McCartney o las de Slash y Axl Rose, son algunos de los conflictos más conocidos en el mundo del rock. Pero existen otros que, no por ser menos famosos, dejan de estar marcados por lo desopilante o lo trágico.
De esas otras historias se ocupó el periodista Eduardo Diana en su último libro Segundos Afuera: Las Peleas Más Escandalosas del Rock, que relata en forma de crónica doce historias donde los egos, los maltratos y las trompadas forman parte del paisaje de bandas como The Rolling Stones, Sex Pistols, The Who y Deep Purple, entre otras.
“La idea fue poner como un foco en algún conflicto puntual de alguna banda y ir armando todo como un relato que se puede leer como un cuento, porque todo tiene un contexto donde empieza el conflicto, se tiene un desarrollo y un final”, contó Diana en diálogo con Aunque es de noche.
Una de esas historias está relacionada con la difícil relación que tenían Keith Ricards y Chuck Berry. Diana contó que Richards, mientras ensayaba "Oh, Carol" con Berry como parte de un concierto homenaje a éste, al momento del solo de guitarra, Chuck Berry lo retaba constantemente por cómo tocaba el instrumento.
“Hay una admiración desde muy joven de Richards con Chuck Berry y, de hecho, Richards se conoce en una estación ferroviaria con Mick Jagger porque Jagger iba con un librito de Chuck Berry bajo el brazo. Se acercó y se pusieron a hablar, se conocieron de esa manera”, relató.
Para Diana, el hecho de dar cuenta de los conflictos entre los músicos de una misma banda o de artistas entre sí humaniza a personas que, por su talento, suelen parecer fuera de este mundo. “Esa cosa grotesca de la pelea también hace que, en algún punto, los reconozcamos más allá de estrellas de rock, los reconectemos como alguien de carne y hueso y los sigamos queriendo”, apuntó.