Amigos, amigues, amigas de La Casa Invita, ante todo: ¡feliz día gente de radio! Ustedes oyentes, nosotres desde el micrófono pero también con la oreja, porque además y siempre somos oyentes de radio.
¿Te cuento como lo siento yo a este asunto? Como un abrazo.
Violencia política explícita en medio de tanto que ya nos pasa, declaraciones en campaña con mentiras que ofenden, mucha mención al Fondo al que le debemos la vida más o menos, y todo regadito con las preocupaciones por la nueva cepa de Covid.
Mucha cosa para un sólo cuerpo. Por suerte, también, somos además un gran cuerpo colectivo, y que tantas veces nos sostuvo y nos sostiene. Cuando nos encontramos en un parque o nos reconocemos en un show, o en un programa de radio, es mágico pero sucede, nos sentimos acompañados. Y vale mucho más decirlo hoy, el día de la bella radio, la que no se mancha aunque por los micrófonos se puedan decir barrabasadas. La flor más bella, la imbatible, tan personal ella, y tan masiva.
Pensalo. Ella viene siendo nuestra trinchera. Nos mantuvo a salvo, hoy aún lo hace. ¡Mirá si tendremos para agradecerle! La radio es esto, decidir encontrarnos. Nosotres presumiendo algo interesante para decir, falso por supuesto, y ustedes buscando compañía y algunos sabores.