La luna, cebos, aceites, combustibles, gas y electricidad: Alejandro Dolina narra en La Venganza Será Terrible la historia de las formas de iluminación nocturna de la humanidad hasta dar con aquella lámpara que de luz de forma perpetua.
Fue a comienzos del siglo XIX cuando se comenzó a experimentar con el gas para lograr que las lámparas extiendan su luz. Philippe Lebon en Francia y William Murdoch en Inglaterra son dos figuras claves en esa búsqueda.
Por su parte, será a fines del siglo XIX el período donde se probó con la electricidad: sería Thomas Alva Edison quien terminaría de perfeccionar el concepto de la lamparita hasta lograr su patente en 1880. La misma tenía filamentos de carbono y duraba 40 horas.
Sin embargo, la llegada de la electricidad no estuvo exenta de temores: la población tardó en adoptar la nueva tecnología por miedo a la luz artificial (incluso, las compañías de gas lo fomentaban) y por miedo a explosiones y electrocución en el domicilio, además de consideraciones estéticas ante la nueva iluminación.