Sobre Avenida del Libertador, casi llegando a la General Paz, todavía en territorio capitalino, se extiende por varias cuadras la ex ESMA. Rejas negras, calles y edificios de porte militar, de apariencia tranquilo, lugar que supo ser el centro del horror, la violencia y la perversión de los genocidas.
Esos edificios fueron testigos de cosas tremendas, la oscuridad del humano llevada al extremo en sus pasillos y habitaciones. Era el territorio del mal.
Pero las conquistas democráticas y las luchas sociales y de organizaciones de derechos humanos lo recuperaron, abrieron esas calles y edificios y entró la luz. Suena místico, pero el bien y el mal andan jugando siempre en estos partidos. Y del lado de la luz: ellas y ellos, hijos e hijas, militantes de los derechos humanos, de esas historias de dolor y convicciones, ellas y ellos que vienen recuperando esos espacios a fuerza de amor, y finalmente lo lograron, ¡lo curaron!
Hoy, la ex ESMA es otra, todo lo contrario a aquel infierno. Es memoria, es solidaridad, es encuentro, es abrazo. Hoy, esas calles y esos edificios son, además de testimonio histórico del horror, espacio de resistencia, de militancia, de educación, y de una memoria en ejercicio permanente.
Por eso en este día tan particular, el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas (dispuesto por la ONU), vale la pena estar allí, en ese territorio recuperado y sanado, en la ex ESMA, donde siempre pasan buenas cosas.
Hoy, memoria en ejercicio presente. Vos sabes que son varios los organismos de derechos humanos que despliegan su tarea en esos edificios, les amigues del ECuNHi, y por supuesto las madres.
Sobre la calle capitán Hipólito Bouchard funciona La Casa de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Y, allí mismo también, están la Casa de la Identidad, la Casa de la Militancia y el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti. Bueno, pues a partir de hoy, esa calle con nombre de milico - como decía Taty Almeida - el tal Bouchard, militar y corsario francés, ya no tiene permiso de estar.
Y los símbolos y los gestos valen.
"Son 30.000". Esa será la nueva denominación de esa calle en el corazón de la ex ESMA. "Es la primera vez que una calle va a llevar ese nombre", decía orgullosa Taty Almeida, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.
"Lo logramos las madres, que en tantas cosas somos pioneras" decía la querida Taty con esa energía maravillosa que la caracteriza.
Una calle de la Ex Esma pasa a llamarse "Son 30.000", y que la gilada se ponga a estudiar. "A pesar del negacionismo, de los repudiables anti-todo, son 30.000. Si bien en este día vamos a recordar a todas y todos los desaparecidos del mundo, especialmente a nuestros queridos 30.000", decía Taty.
Y hay una emoción extra: este 30 de agosto es por fin el día de volver al mundo, al territorio. Taty Almeida, como tantas otras madres, pudieron compartir al aire libre tras un año y medio de pandemia, "Es la primera vez, con todos los recaudos y al aire libre, que hacemos algo presencial. Hasta ahora fue todo Zoom, Zoom, Zoom" decían.
Cuentan que la calle "Son 30.000" es la primera de otras tantas que vendrán. Le seguirán otros reemplazos de los nombres de las calles internas del predio, aún hoy con nombres asignados por los militares.
Así se milita la memoria en nuestra patria, así lo vivimos por estas tierras. Cada país, cada pueblo tiene sus propias y dolorosas historias, y presente. La tremenda realidad es que hoy día en todos los continentes suceden desapariciones forzadas. El mal sigue allí, lastimando y matando. Las razones son muy diversas, raciales, políticas, económicas, violencia institucional, narcotráfico y la lista de negocios continúa.
Nos toca tratar de compensar la balanza. Un rato de radio con memoria, presente y ganas de futuro.