George W. Bush, quien era presidente de Estados Unidos en el momento de los atentados concretados el 11 de septiembre de 2001, advirtió este sábado sobre "la amenaza del terrorismo interno", en el marco de los actos por el vigésimo aniversario del ataque.
"Hemos visto una creciente evidencia de que los peligros para nuestro país pueden provenir, no solo a través de las fronteras, sino también de la violencia que se acumula dentro", dijo desde Shanksville, Pensilvania.
Agregó: "Hay coincidencias culturales entre los extremistas violentos en el extranjero y los extremistas violentos en casa. Son hijos del mismo espíritu inmundo, y es nuestro deber permanente enfrentarlos".
A su vez, llamó a que recordar la "unidad del pueblo estadounidense" y aseguró que "cuando se trata de la unidad de Estados Unidos, esos días parecen distantes de los nuestros".
Los ataques del 11 de septiembre, que mataron cerca de 3.000 personas en Nueva York, Washington y Shanksville, llevaron a Bush a lanzar una invasión de Afganistán liderada por Estados Unidos que sacó a los talibanes del control de Kabul y envió a la clandestinidad al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden.
Hace 20 años exactos, cuatro aviones comerciales que despegaron desde la costa este con destino al oeste de Estados Unidos fueron secuestrados por un total de 19 extremistas asociados a Al Qaeda, que repartidos en cuatro grupos produjeron los peores ataques terroristas en suelo estadounidense.
Ahora, dos décadas después, familiares de las víctimas, sobrevivientes y rescatistas se unen para rendir tributo a las cerca de 3.000 personas que fallecieron.