Sobre el cierre del día en el que se desató la crisis interna del Frente de Todos, el Gobierno presentó el proyecto de Presupuesto 2022 en el Congreso con estimaciones que fueron revisadas hasta último minuto desde que el resultado de las PASO apuró los tiempos y la tensión política.
La iniciativa ingresó minutos antes de la medianoche al Parlamento para su tratamiento, tras la firma del presidente Alberto Fernández y del ministro de Economía, Martín Guzmán, y sus estimaciones anticipan el esquema de políticas macroeconómicas, fiscal y cambiarias asociadas que pretende llevar adelante el Gobierno nacional. El trabajo contempla la actualización del escenario 2021.
La "ley de leyes" tiene dos puntos a resaltar: no contempla el pago de vencimientos de capital al Fondo Monetario Internacional (FMI), posible señal de que el acuerdo por la deuda está encaminado, y prevé que los salarios le ganen a la inflación. Además, proyecta un incremento real en el gasto social y bajan los subsidios energéticos.
Inflación y PBI
Para el 2022, el Gobierno puso como meta una inflación del 33 por ciento y corrigió la cuestionada predicción para el final del 2021 a 45,1 por ciento frente al 29 por ciento inicial, sensiblemente afectado por el incremento de comienzos de año de los precios internacionales de los commodities.
El Producto Bruto Interno (PBI) crecerá en 4 por ciento mientras que en 2021 se ratifica una suba en torno al 8 por ciento, cuando se preveía un 5,5 por ciento.
Dólar
El dólar oficial cotizará a $131,1 el próximo año. El tipo de cambio alcanzará en diciembre lo previsto: $102,4.
Salarios
En cuanto a la evolución de los salarios formales, el Gobierno entiende que el salario real continuará recuperándose que a septiembre de 2021 alcanza una mejora del 2,2 por ciento del RIPTE, y se apunta a un crecimiento del 4 por ciento interanual para 2022, entendiendo que habrá aún dificultades con los ingresos informales afectados por la heterogeneidad de la recuperación.
Consumo, exportaciones e importaciones
Las proyecciones para el próximo año se complementan con alzas en el consumo privado del 4,6 por ciento, del consumo público del 3,1 por ciento, de la inversión del 6,6 por ciento, con una mejora de las exportaciones del 7,5 por ciento y de las importaciones del 9,4 por ciento para un saldo comercial de 9.300 millones de dólares.
Fuentes del Gobierno nacional explicaron que de esta manera la economía estaría en la vía de la "doble recuperación" que llevaría a la actividad a fines de 2023 a niveles similares de producto previo a la crisis macroeconómica de la gestión Cambiemos en 2018, es decir del último trimestre de 2017.
Cuentas públicas
En cuanto a las definiciones de la política fiscal, el proyecto prevé un escenario para 2021 de un déficit primario de 4 por ciento del PBI y un déficit financiero del 5,4 por ciento, pero con la aclaración de que hay partidas subejecutadas que buscarán acelerarse en lo que resta del actual período mediante un conjunto de medidas que se anunciarán en breve.
Para apuntalar la recuperación de la economía, el Ministerio de Economía considera necesaria corregir esa ejecución menor a la presupuestada para fortalecer la demanda agregada, para darle el nivel expansivo a la política fiscal en la magnitud inicial.
Así para 2022, se plantea un déficit primario del 3,3 por ciento y un resultado financiero del 4,9 por ciento del producto, algo mucho menor de lo que sería sino se hubiera concretado la reestructuración de la deuda en 2020 y que explica el nivel de reducción del déficit junto a la recuperación de los ingresos fiscales.
Este presupuesto se financiará con una combinación del crédito y financiamiento del banco Central que para 2021 fue de 3,6 por ciento del producto pero que para el próximo año se reducirá al 1,8 por ciento, es decir una reducción a la mitad, en tanto que los títulos públicos aportarán un 2 por ciento del producto.
Gasto
En cuanto al gasto se explica que el conjunto de pilares estratégicos en los cuales el Estado juega rol clave en infraestructura, la salud, la educación, la ciencia y educación y las políticas de protección social activa con perspectiva de género en un contexto de dificultades.
Como reseña los gastos en infraestructura se incrementan a 2,4 por ciento del producto; en salud el 0,65 por ciento en contexto de la pandemia; educación 1,2 por ciento, en ciencia y educación 0,31 por ciento y el presupuesto de inclusión social activa que llegará 1,22 por ciento.