¿Pequeñeces o grandes trazos? Empecemos con algunas pequeñeces: hoy fue día de relanzamiento. El gobierno peronista de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner viene de boxes y sale nuevamente a las pistas.
Juras ministeriales, fotos y primeras declaraciones. Día para renacer, en sintonía con la primavera que se viene. Y el Presidente Alberto Fernández hablándole nuevamente, después de una semana sísmica, a la sociedad.
Entre otras cosas, el Presidente dijo que escuchó al pueblo, y también a ella. Y dijo que es hora de movilizarse, tanto así que puso día y lugar: miércoles próximo, Universidad de José C. Paz. La calle es nuestro lugar señala la liturgia compañera.
Evidentemente revivir la mística desinflada entre pandemia y desencantos, es urgente. Dijo también que perder el domingo en las urnas fue culpa del peronismo y no del pueblo, como algún ex presidente en pleno berrinche se permitió decir. Y explicó que todo lo que vino después del domingo de derrota, fue discutir de cara al pueblo.
Dijo que su nuevo jefe de gabinete es un amigo, que viene del norte pobre y que eso federaliza al gobierno. Hablamos de Manzur, el ministro que bajo ningún concepto podría haber estado en su primer gabinete, cuando volvíamos mejores y mujeres, pero que hoy habrá que aceptarlo entre más de un sapo, aunque sería bueno que recuerde el tucumano que en nuestro país el aborto es Legal Seguro y Gratuito por ley.
Dijo también el Presidente que se vienen medidas fuertes, de esas que le dejarán en claro al pueblo que quien gobierna piensa en sus necesidades, y que ahora sí las entiende. Y dijo algunas cosas más.
Pero, me gustaría dar un lugarcito a los grandes trazos en esta cuestión, porque sin comprender los grandes trazos, moriremos entre las urgencias que siempre abundan. Y los grandes trazos en nuestra patria se llaman desigualdad estructural, capital concentrado versus mundo trabajador, multinacionales versus diversidad productiva, primarización versus industrialización. Algo así como "los modelos en pugna" de los que habló también hoy el Presidente.
Esa es siempre la pelea de fondo. Hay quien está a la altura, y quien no. Alberto reclama que aún no pudo probarlo, la pandemia, no cabe duda, todo lo alteró. Pues este es su momento para demostrarlo.
La realidad histórica de nuestro país nos dice que sólo los gobiernos peronistas (y alguna vez algún gobierno radical), han sabido llevar alegrías y mejoras reales a la gente, al pueblo. Sin esas realidades no habría peronismo. Nadie sostiene una ilusión por tanto tiempo.
Entendiendo esa fuerza, todo lo que sea dicho o hecho de aquí en más debiera abrevar de esa potencia y de ese mandato. Porque por más peronista que se diga quien gobierna, si no logra cambiar los pesos de la balanza, no alterará ni un cachito el status quo, y mucho menos pasará a la historia.
De eso se trata siempre, de la tortilla, de darla vuelta, de romper huevos, de hacer la diferencia. Si no, seguiremos abortando sueños y pariendo desigualdades. Disculpen la incomodidad que seguramente generan mis palabras, pensarán que es tiempo de disciplina y acompañamiento.
Tibiezas a mí no dijo Aníbal. Ni el mate ni el peronismo.