Con una paritaria vencida desde febrero y una propuesta de aumento salarial que sólo subió dos puntos, las bases de las federaciones docentes Conadu y Conadu Histórica votaron no empezar las clases en el segundo cuatrimestre. El conflicto se agudiza porque los profesores entienden que las autoridades del Ministerio de Educación están más preocupadas por la campaña electoral que por las paritarias: apuntan contra el ministro Esteban Bullrich y el secretario de la Secretaría de Políticas Universitarias, Albor Cantard, ambos candidatos de Cambiemos y ya con un pie afuera de la cartera. Desde el 2005 que los docentes universitarios no anunciaban una medida tan radicalizada. Los funcionarios de Educación responden que realizaron “un esfuerzo” al mejorar la oferta de incremento y responsabilizan a los docentes por el perjuicio que sufrirán los estudiantes si no comienzan normalmente las clases tras el receso de invierno.
“No tengo recuerdo de una paritaria que haya durado tanto”, dijo a PáginaI12 Luis Tiscornia, secretario general de la Conadu Histórica, federación que tampoco tomará exámenes finales en julio. Para Tiscornia, el conflicto se agudizó porque el Gobierno “no atiende razones ni argumentos”; tiene la decisión política de “hacer todo lo posible para imponer el ajuste” e “ir contra la educación pública”.
La semana pasada, más de un mes después del encuentro previo, se realizó la séptima reunión paritaria. La oferta fue del 20 por ciento de aumento en cuatro cuotas, más otros 2 puntos en concepto de jerarquización docente, ya previstos. Todos los gremios de docentes universitarios rechazaron la oferta por unanimidad: exigen un 35 por ciento de aumento para paliar la inflación de este año y lo que perdieron el año pasado.
“Mientras se negocia no entiendo por qué hacen medidas de fuerza. Mejoramos sustancialmente la oferta, pasamos de un 18 a un 20 por ciento, no podemos mejorar más”, dijo a este diario Danya Tavela, subsecretaria de Políticas Universitarias, quien definió como una “barbaridad” el anuncio del no inicio del segundo cuatrimestre, ya que se pone a los estudiantes de “rehenes” y se perjudica a la educación pública. Igualmente, remarcó que seguirán dialogando y resaltó que, a pesar de no haber firmado un acuerdo, ya han entregado un 10 por ciento de aumento a cuenta. “Si podemos mejorar la oferta, lo vamos a hacer –afirmó–, pero lo que no vamos a permitir nunca es que la negociación se transforme en una extorsión.”
Carlos De Feo, secretario general de Conadu, explicó que “si no hay acuerdo el segundo cuatrimestre no comienza. La responsabilidad es del Gobierno y del ministro Bullrich, que se encuentra en plena campaña electoral”. “Entre la docencia hay un malestar por el salario, pero también por el destrato al que nos somete este Gobierno –dijo–, por eso la moción por el no inicio del segundo tramo del año tuvo tanto éxito” en el plebiscito realizado entre los docentes.
Desde 2005 que los profesores no anunciaban una medida de fuerza tan drástica. En aquel año, las clases comenzaron en septiembre, más de un mes después de lo previsto. Tiscornia reconoció que el hecho de no tomar exámenes a los estudiantes les “duele”, pero aclaró que es un problema del sistema educativo.
Sobre las candidaturas de Bullrich (a senador en provincia de Buenos Aires) y Cantard (a diputado en Santa Fe) por las listas del oficialismo, los dirigentes docentes coinciden en que son una demostración de que “al Gobierno no le importa lo que sucede con la educación”. En principio, los funcionarios no se tomarían licencia durante la campaña, pero se descuenta que dejarán sus cargos al ser electos (ambos son cabezas de lista). Si bien no hay confirmación oficial, para reemplazar al ministro se menciona a Alejandro Finocchiaro, actualmente director de Cultura y Educación bonaerense. Menos claro está el futuro de Políticas Universitarias, aunque trascendió el nombre de Manuel Terrádez, hoy subsecretario de Reforma Política de la gobernación de María Eugenia Vidal, un radical que presidió la FUA por Franja Morada.
Informe: Gastón Godoy.