En su editorial, Cynthia García reflexionó sobre "el bochornoso" recambio en la presidencia de la Corte Suprema.
Un importante integrante del Poder Judicial me dijo el año pasado que "el Poder Judicial tiene una corte y quien la preside es el abogado de Clarín. Alegó así siempre a favor del grupo".
Hablaba de Carlos Rosenkrantz, quien deja de presidir la Corte para que asuma Horacio Rosatti en un bochornoso juego donde el rey se pone la corona solo.
En el inicio de sesiones legislativas de este año, Alberto Fernández expuso la crisis del Poder Judicial.
Sobre la Corte, el Presidente dijo "en el caso de los miembros de la Corte Suprema, acceder a la declaración jurada de sus bienes es virtualmente imposible. La relación corporativa que los vincula ha permitido que muchos de ellos permanezcan en sus cargos, más allá del tope de edad que la Constitución impone".
Hablaba claramente de Elena Highton de Nolasco.
Reflexionar sobre el máximo tribunal es una necesidad por la gravitación que tiene sobre la vida de quienes esperan definiciones sobre sus sentencias y porque la Corte define también la calidad de nuestra vida republicana. Son estos jueces quienes también deciden al final del camino jurídico que es constitucional o no.
El fallo del 2x1 fue la resolución más repudiada de la historia del Poder Judicial. La sociedad argentina se levantó contra ese falló que le otorgaba domiciliaria a los represores y finamente la justicia revolvió ir marcha atrás, pero ese fallo ocurrió.
Por este fallo, todos los organismos de Derechos Humanos presentaron juicio político contra la Corte en 2017. El talón de Aquiles de la Corte es la agenda de derechos humanos que espera sobre lo incierto de los plazos jurídicos porque el núcleo del problema con la Corte es que no tiene plazos.
La causa contra Pedro Blaquier, el Ingenio Ledesma en la noche del apagón, tuvo seis años de injustificable demora en la Corte. Por eso una burla para los organismos que si hayan actuado rápidamente sobre los traslados de los jueces Bruglia y Bertuzzi.
Tanto el presidente entrante y como saliente de la Corte fueron fueron designados por decreto del ex presidente Mauricio Macri. Pregunto éticamente. ¿Ese vicio de origen se subsana con el posterior acuerdo que enderezó la medida del escándalo?
La reforma del Poder Judicial aún no ocurrió. No se cumplió tampoco con ese compromiso. Y de todas maneras no habrá reforma del Poder Judicial si no la lo hay en la cabeza del mismo. "El pez se pudre por la cabeza" me recordó ayer nuevamente esta misma persona de las que les hablaba al principio.