En su columna, Fernando Borroni reflexionó sobre la el desafío que tiene el gobierno del Frente de Todos para interpelar a los jóvenes de cara a las elecciones de noviembre.
El desafío del Gobierno nacional de cara a la próximas elecciones es lograr que aquellos que no fueron a votar lo hagan, pero que además lo hagan por el Gobierno. Doble tarea. Las preguntas que surgen a partir de esto es cómo se hace. ¿A quiénes se les habla? ¿Cuáles son esos sectores, en términos sociales y etarios que no se han acercado a votar?
Seguramente las medidas económicas económicas que anunció el gobierno está semana va a mover un poco el escenario electoral.
¿Hay algo más que lo económico que debe poner en juego el gobierno y una gran porción de la política de cara a estas elecciones? ¿Hay algo que se puede proponer para los jóvenes?
El joven está necesitando trabajo, estudios y oportunidades.
¿Por qué hay una enorme porción de la juventud que no está interpelada hoy por la política?
Quizás la respuesta tenga que ver con que hay que darle una nueva épica a la juventud, construir un nuevo relato, acercarlos a un nuevo discurso del nuevo lenguaje, dar motivos, ofrecer territorio desde donde dar la pelea democrática.
Hay que preguntarse por qué el kirchnerismo sumó tanta militancia, tantos jóvenes, hombres y mujeres que luego se organizaron y formaron distintos movimientos y organizaciones políticas.
¿Por qué estos jóvenes dejaban sus días enteros para ir a ayudar a los inundados? ¿Por qué se organizaban para marchar a favor de la ley de Género, a favor de la 125, a favor de la Ley de Medios? La respuesta es clara: porque había motivos. Porque el Estado o la política les generaba motivos.
¿Qué elementos de disputa se ofrecen hoy visiblemente desde la política para que miles de jóvenes salgan a dar pelea? ¿Cuál es ese relato histórico que hay que salir a construir? El proceso de despolitización que vive hoy la Argentina se da desde un sector negando a la política.
De otro sector, despreciándola, persiguiéndola, estigmatizándola y los que más sufren esto son los jóvenes.
Ahora aparece un espacio que te dice "¿vos querés despreciar y terminar con la política? Sumate al espacio de Milei", porque el espacio Milei, contradictoriamente, es un espacio donde se trabaja la antipolítica y lo que se busca es que los jóvenes se despoliticen.
Una juventudes despolitizada, analfabeta políticamente hablando, una juventud enojada, entre otras cosas porque también se la ha abandonado termina cayendo en estos recipientes.
Todos y todas sabemos que la juventud, entre otras cosas, es un estadio de búsqueda. ¿Qué buscar? Es parte también de la batalla cultural.
¿Qué ofrece el campo nacional y popular? Yo sé que hay miles de respuestas. Milei ofrece el atajo del odio. Claro está que es más fácil odiar que amar. Claro está que es más fácil jugársela por uno y no por el otro.
Habría que darse esta tarea.
Una juventud sin atajos, tratando de educarla en que el camino es tan bello como el horizonte.