En una entrevista con Felicitas Bonavitta en Las 40, el filosofo y asesor presidencial, Ricardo Forster, analizó el resultado de las PASO, opinó sobre los cambios en el gabinete del Frente de Todos y trazó el camino que debería recorrer la coalición gobernante de cara al 2023.
Felicitas Bonavitta - Esta semana el gobierno se propuso relanzar el gabinete. ¿Es necesario pensar también en un relanzamiento del Frente de Todos?
RF- Si. Todo está en el mismo combo. La derrota electoral golpeó fuerte. Por suerte fue un paso que te da posibilidades de revisar una cantidad de cosas. Ahora lo fundamental es que el acuerdo de unidad que se selló entre Alberto y Cristina se exprese en diversas acciones y en la confluencia de todos los actores que integran el frente de todo. Para mí eso es clave de cara a la sociedad. Hay que mostrar un conjunto compartido, ser capaces de dejar diferencias y trabajar para responder a demandas absolutamente genuinas que tiene que ver con lo más elemental como llegar a fin de mes y que los salarios alcancen. Me parece que el objetivo es ser capaces de profundizar en las propuestas que le dieron el triunfo al frente de todos en 2019, sabiendo que en el medio pasó una pandemia que golpeó profundamente la vida colectiva e individual que se metió muy profundamente en la vida anímica de las personas. El coronavirus fue algo que es global y que tiene consecuencias no solamente para el presente, sino para el mediano y largo plazo.
FB - ¿Cómo ves los cambios dentro del gabinete?
RF - Los cambios eran necesario. Una derrota e intensidad de las PASO marcaba como una obligación que el Gobierno mostrara a la sociedad que recibe la comunicación que la sociedad y que uno de los modos de hacerlo es rearmar un gabinete para que se solidifique en función de ese camino que hay que recorrer no solamente hasta noviembre. Me parece que este es un camino integral que implican los dos años de gobierno que quedan por delante. Es necesario profundizar lo que está en el ADN de la confluencia que conformó el Frente de Todos que tiene que ver con el peronismo, con los otros partidos de extracción popular y progresista. En ese sentido hay que dar respuestas. Yo estoy absolutamente convencido que el Gobierno a lo largo de la pandemia, hizo un esfuerzo gigantesco, pero obviamente ese esfuerzo no ha sido devuelto en términos de votos. Entonces el gobierno debe fijar con claridad cuál es el rumbo del Gobierno y de qué modo el Estado, que es el instrumento clave para llevar adelante las políticas del Gobierno, se hace cargo de que en la Argentina hay una disputa o un litigio por la igualdad. Ese litigio por la igualdad supone, en términos políticos, conflicto. La democracia no es ajena al conflicto, lo que tienen que hacer es procesar el conflicto sin que haya violencia. Pero el conflicto es parte de la dinámica del crecimiento, de la expansión de la vida social. Y a mí me parece bien que en ese sentido se pudo discutir si lo hicieron francamente y de cara a la sociedad tanto el Presidente como la vicepresidenta.
FB- Lo institucional nunca estuvo en riesgo en las discusiones del Frente de Todos...
RF - Yo estuve muy cerca de toda la interna. Hay una responsabilidad histórica de Alberto Fernández y Cristina Fernández, que está por encima de las querellas, diferencias y tiene que ver con darse de cara a la sociedad un debate necesario respecto a políticas que hay que llevar adelante, pero también la defensa a ultranza de un orden institucional, de una lógica democrática. Puede sorprender que de repente, lo que muchas veces se hace puertas adentro, se haya planteado de cara a la sociedad. Yo soy de los que creen a veces que los momentos difíciles, los nudos que parece que no se pueden desatar, requieren de sacudidas y rupturas de esa continuidad energía inercial. Me parece que eso sucedió. El debate del Frente de Todos fue un sacudón que impactó en todos los sectores y en la sociedad. Por supuesto que siempre hay que terminar de mostrar es que hay un camino común y que hay una unidad que está por encima de todas las cosas.
FB - Hoy esta unidad no está en discusión ¿Cómo está hoy el Frente de Todos?
RF - Siempre en el Frente Todos puede haber quienes piensen que hay que incentivar o profundizar tales o cuales medidas. Está claro que hay discusiones, inclusive seguimos escuchando que hay quienes plantean que hay que avanzar más rápidamente y llegar con mayor velocidad a los sectores populares. Pero me parece que entre el Presidente y la vicepresidenta llegaron a un acuerdo que incluyó la conformación de un gabinete equilibrado respecto a las posiciones que estaban en juego. Ahí también podríamos decir que se pudo terminar de sellar una unidad que, insisto, no es solamente indispensable para llegar a 14 de noviembre sino para mostrarle a la sociedad que hay un compromiso que involucra muchas áreas. El Frente de Todos tiene que ir a un 2023 con un gobierno consolidado que le haya podido mostrar a la sociedad que hay un rumbo que implica no solamente crecimiento económico, recuperación de la capacidad productiva de la economía argentina, sino con una mejor distribución de esa riqueza generada en nuestro país. Nuestro gobierno, por definición, por historia, por valores, tiene que ir hacia una sociedad que sea más igualitaria.
FB - En estas elecciones, Horacio Rodríguez Larreta ha salido muy fortalecido de cara a una posible candidatura a presidente en 2023...
RF - La sociedad argentina, como gran parte del planeta, vive el tiempo más espantoso de la desigualdad. Y el macrismo es parte de ideología que lleva a la concentración de la riqueza, a que el 1 por ciento de la sociedad global sea la dueña de más del 50 por ciento de la riqueza que globalmente se se produce, que transforma en el Estado simplemente un instrumento para el servicio de los más ricos, que destruyen los derechos sociales y que hacen más pobre y más desigual nuestras sociedades. Entonces está claro que tenemos que garantizar dos años positivos para la sociedad. Estoy convencido que un retorno de una política neoliberal de derecha a la Argentina, como ha sido la del macrismo, implica una tragedia social. Entonces ahí queda una disputa en ese sentido, más allá de las elecciones de noviembre.