Desde Rosario
Jorge Boasso confirmó lo que ya temía: que la conducción de Cambiemos Santa Fe lo sacaría de carrera para las primarias con tal de preservar la lista encabezada por Albor Cantard para diputado nacional. La Junta Electoral de la alianza entre macristas y radicales rechazó ayer la lista Fuerza para el Cambio, que lideraba el concejal rosarino, y eliminó la interna al oficializar solamente la lista integrada por el radical Cantard, hoy secretario de Políticas Universitarias, Luciano Laspina (PRO) y Lucila Lehmann (CC-ARI). “José Corral es un tránsfuga de terror, de una banda de forajidos. Voy a ir a la Justicia”, bramó el candidato derribado.
Volvió estupefacto y “asqueado” de Santa Fe a Rosario por lo que entendió fue un complot destinado a voltear su postulación para despejarle el camino al candidato promovido por Corral, jefe de la UCR. “Esperaba una maniobra de este tipo porque son unos chantas. Me da asco que la UCR y sus aliados se presten a esto. Presenté 2750 avales certificados por escribano y buscaron las mil y una para tumbarnos”, dijo el edil. “La realidad es que no querían competencia, porque las encuestas nos mostraban por encima de Cantard”, dijo a PáginaI12.
La Junta Electoral de Cambiemos, sin que Boasso pudiera participar, le impugnó unos 700 avales registrados en planillas que no tenían el nombre de la lista Fuerza para el Cambio en su membrete. Por eso, los veedores arguyeron que no eran apoyos certeros al espacio de Boasso, a pesar de que un escribano sí había constatado la adhesión.
“Nosotros no pudimos fiscalizar los avales de la otra lista. Se manejaron entre ellos. Hay una orden política de Corral de proscribirnos a toda costa”, concluyó el ex compañero de fórmula de Miguel Del Sel.
Con el pálpito de lo que finalmente ocurrió, Boasso viajó ayer al mediodía a Santa Fe para confirmar que en la sede de la Junta Electoral no le abrirían la puerta. Y así lo divulgó a través de una transmisión en vivo a través de las redes sociales. Quería presentar un escrito para impugnar una cláusula del reglamento interno de Cambiemos, pero como nadie lo atendió tuvo que llamar a un escribano y tirar el papel bajo la puerta.
La escena resultó infrecuente para los vecinos del 1600 de la calle 1º de Mayo, que veían a Boasso parlamentando ante una cámara y dudaban si cruzar o no, ante la posibilidad de que fuera un programa de TV en vivo. “Después de 75 horas, aunque tenían 48 horas nada más, todavía no se expidieron en la oficialización de nuestra lista. Están cuestionando nuestros avales certificados por escribano”, reprochó el primer integrante de la lista compartida con Inés Larriera, Roberto Marconi, Paola Rasadore y Jorge Isern.
Los colaboradores del ex candidato a vicegobernador aseguraron que los hombres de Corral se pasaron el fin de semana llamando por teléfono a quienes avalaban a Boasso para preguntarles directamente si habían firmado ese apoyo indispensable para presentar la nómina de precandidatos.
La transmisión on-line sumaba público en la red mientras Boasso golpeaba la puerta en vano y tocaba el timbre sin que nadie lo atendiera, a pesar de que adentro la actividad parecía febril. “Esto tiene un responsable: José Corral, un presidente que da vergüenza en la UCR, y otra responsable fundamental, Malena Azario, ex empleada de Cantard. Está buscando eliminarnos y proscribirnos”, dijo.
El dilema para los que le negaban el acceso a Boasso llegó con el chico del delivery que traía la comida: salir a recibirlo con Boasso ahí en la vereda, o morirse de hambre. Luego de un rato de cabildeos, optaron por lo primero mientras el visitante arremetía: “Díganle que Jorge Boasso quiere hablar con los integrantes de la Junta Electoral de Cambiemos”, aprovechó para decir, mientras denunciaba: “Acá son todos empleados de Corral, nos están haciendo fraude, una estafa electoral”.