En su editorial, Víctor Hugo habló celebró los sobreseimientos a todos los acusados en la causa del Memorándum con Irán pero denunció el daño que esta operación "mediática y judicial" dejó en la democracia Argentina.
Ayer la justicia decidió que la historia del Memorándum con Irán termina con el sobreseimiento de todos los acusados al cabo de la siniestra operación de la cúpula de la DAIA y de los jueces que actuaron como participes necesarios.
Mencionamos que en una tramoya jamás vista vista Gustavo Hornos y Borinsky, que solo pueden continuar como jueces porque carecen del mínimo decoro. Justamente lo que les hizo reptar portando una casa cuya falta de nobleza alarma a quienes respetan el derecho.
El fallo reivindica a todos los acusados porque no hubo encubrimiento, no hubo traición a la patria, no hubo nada, sencillamente porque el Memorándum no entró nunca en vigencia y porque, como lo dijo un millón de veces el doctor Raúl Zaffaroni, no había estado de guerra entre Argentina e Irán y por lo tanto, es imposible configurar nada menos que la traición a la patria.
Han hecho un verdadero estropicio ayudando a que el derecho argentino caminara por afuera de su cause. Este es un episodio que avergonzó a la justicia, enlodó inocentes y desbarrancó por completo al periodismo.
El tema es usar el poder sin que les de vergüenza. Eso hace la derecha. La desgracia es no usar el poder porque les de vergüenza, eso hace el gobierno actual.
Usar el poder es lo que le permitió a Cambiemos tener presos a varios de los que fueron imputados por le memorándum con irán, perseguir durante 5 años a Cristina Kirchner, arrastrar a una muerte anticipada a Héctor Timerman.
La comunidad judía seguramente pedirá explicaciones a la cúpula de la DAIA porque, entre otras infamias, la que desataron contra el ciudadano judío Héctor Timerman ofende la sensibilidad más elemental.
El trato que le propinaron con la complicidad de jueces de opereta y medios, enajenados por sus brutales intereses, tuvo un grado de crueldad como jamás se ha conocido contra personas inocentes en la historia política argentina.
Hoy además el mundo también clama contra los veinte años que se cumplieron de la guerra que desató Estados Unidos contra Irak, asesinando un millón de personas con la falsedad de las supuestas armas de destrucción masiva que había en Irak, donde no tenían algo mejor que cuchillos de madera.
El mundo rechaza de vez en cuando mentiras como las de Patricia Bullrich cuestionando al chico asesinado por dos policías que ahora fueron condenados a prisión perpetua, pero a los cuales ella defendía.
En fin, el fallo de ayer nos dio con una sensación de alivio, de perfume de primavera, de que no todo está perdido y de que hay jueces dispuestos a ofrecer su corazón y verdades que podemos gritar.