En su editorial, Víctor Hugo habló de la designación de Roberto Feletti al cargo de secretario de Comercio y dijo que será necesario un gobierno con coraje para hacer frente a los empresarios que especulan con la inflación.
Hoy asume un nuevo secretario de Comercio, esto siempre es una esperanza: Roberto Feletti entra por Español y como pasa con el fútbol, al hacer un cambio se espera que cambie el partido. A lo mejor ahora nos va mejor.
Como dice Leandro Renou en Pagina/12, "si no bajas el precio de los alimentos, no hay aumento de salario que alcance y la carrera está perdida". Renou considera que la apuesta por Feletti y su equipo es a partir de un marco interesante por lo avanzado de la negociación con el Fondo Monetario Internacional. Feletti cree que debe hacerse un acuerdo racional donde se respeten los márgenes de ganancia.
Ahí entra a tallar el carácter insaciable de los empresarios. En la Argentina los márgenes de ganancia de los que nunca se habla son espantosamente superiores a los de otras partes del mundo. Un supermercado quiere ganar varias más que un mismo mercado en Europa.
El gobierno ahora tiene un nuevo representante frente a los empresarios pero es necesario responder algunas preguntas. ¿Cuál es la fuerza que tiene Feletti?
¿Cuál era la fuerza que tenía antes Español?
¿Hasta dónde está dispuesto a ir el gobierno en una pelea?
En el medio de está disputa están los medios mafiosos que siempre presionan y juegan a favor de los empresarios. Los empresarios son la elite con la que se corresponden. Son sus socios, son sus anunciantes, son sus amigos. Y el Gobierno es detestado por toda esa gente.
Los empresarios ganan dos veces cuando aumentan los precios sin escrúpulos. Multiplican la plata que tanto les interesa, pero además vencen ideológicamente al gobierno, lo arrastran al fracaso de la inflación.
Entonces el problema no es Español o Feletti. El asunto es hasta dónde el gobierno está dispuesto a una pelea que es por todas las bolitas. Si se trata de dialogar, pierde el gobierno.
Si multa o suspende, los empresarios retrasan la entrega o provocan escasez. Están dispuestos a cualquier cosa.
De cara a las elecciones los enemigos del gobierno, que son los adversarios funestos del pueblo, necesitan el fracaso de Alberto Fernández. En noviembre el gobierno sale jugar del más difícil de los partidos.
Si Feletti no tiene detrás un gobierno dispuesto a plantarse con ánimo revolucionario, con todo el peso de la ley y la denuncia, perderá como en la guerra. No hay Feletti ni Español que valgan si el poder político es débil ante el poder real.
Es la hora del Coraje no del diálogo. Ellos dialogan para imponer su voluntad. Es la hora de tomar decisiones, no la de consenso. El consenso siempre deja a los trabajadores en derrota. Diálogo y consenso son armas letales en las manos de los empresarios. Para el gobierno es tiempo de coraje.