Durante el comienzo del juicio a Gilad Pereg, de 40 años, imputado por "homicidio agravado por el vínculo" de su madre, Phyria Saroussy, de 63; y del "homicidio agravado por el uso de arma de fuego" de su tía, Lily Pereg de 54, a quienes enterró en su propiedad en enero de 2019, los tribunales mendocinos vivieron un hecho inédito: tuvieron que expulsar de la audiencia al acusado ya que no dejaba de "maullar".

Pereg es más conocido como el "hombre gato". Esto se debe a que, tras ser descubierto el doble crimen y quedar detenido, durante su estadía en la cárcel mostró comportamientos extraños y aseguró ser "un gato", lo que reiteró en diversas oportunidades y audiencias en las que, incluso, comenzó a maullar frente a los magistrados.

Cuando la jueza María Laura Guajardo ingresó a la sala, Pereg ya se encontraba maullando. Por este motivo, las primeras palabras de la magistrada fueron: "Señor Gil Pereg, escúcheme por favor lo que le voy a decir. Estamos por iniciar el juicio en su contra. Para permanecer en la sala de debate usted debe permanecer en silencio y respetuosamente".

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Luego la jueza aclaró: "Si no lo hace, lo voy a tener que sacar de la sala, en ese caso va a ser custodiado en una celda desde la cual va a poder seguir todo el juicio y en caso de que usted desee intervenir se lo hace saber al personal que lo custodia y va a ser traído nuevamente a la sala. Pero si insiste con esta actitud lo voy a tener que sacar de la sala".

"¿Señor Gil Pereg, es ese su nombre correcto?", le preguntó la magistrada sin tener ninguna respuesta, ya que el acusado seguía imitando a un gato. Luego de este inconcluso intercambio los policías se llevaron al acusado del recinto.

La causa

Pereg está imputado por el "homicidio agravado por el vínculo" de su madre, Phyria Saroussy (63); y del "homicidio agravado por el uso de arma de fuego" de su tía, Lily Pereg (54).

De acuerdo con la investigación, en enero de 2019, ambas víctimas habían arribado a Mendoza para visitarlo. El hombre residía en un predio con una casa muy precaria que estaba llena de gatos y algunos perros en estado de abandono.

Las hermanas israelíes fueron vistas con vida por última vez el 12 de ese mes en ese domicilio, situado en la calle Roca al 6000 de Guaymallén, y 14 días después la Policía Científica encontró sus cuerpos mutilados y tapados con piedras y tierra en un sector del mismo predio.

La pista que llevó a la detención de Pereg antes del hallazgo de los cuerpos, se basó en el hallazgo de manchas de sangre que pertenecen a las dos mujeres en una prenda de vestir del acusado y en una bolsa de cemento hallada en su casa.