En su columna, Fernando Borroni repasó tres sucesos importantes de esta semana: la implementación de la política de control de precios del gobierno, el acto por los 11 años de la muerte de Néstor Kirchner y la citación a indagatoria de Mauricio Macri.
Sucedieron tres hechos importantes en las últimas 48 horas. Uno que tiene que ver con el mundo de lo económico, que siempre es político, otro que tiene que ver con lo puramente político y el último que tiene que ver con lo judicial.
El congelamiento de precios como decisión de gobierno nacional ha tenido un impacto positivo porque desde lo puramente político se vio a un Ejecutivo convencido de llevar adelante una política. Tomó una medida firme, recibió presiones para que esta medida no se implemente, recibió amenazas de los medios y de los oligopolios alimenticios, pero sin embargo avanzó.
Desde la Secretaría de Comercio se intentó el diálogo pero no se pudo dar bien y entonces se hizo la lista que los empresarios deberán cumplir. El Estado se hace cargo de una necesidad del pueblo argentino, porque ya sabemos que el mercado se hace cargo de la necesidad de los empresarios.
Entonces aparece la tensión: el Estado defendiendo nuestros derechos a poder acceder a la alimentación y poder pagarla y el mercado que quiere hacer sus negocios. El Estado puso las reglas de juego. Entonces es sin duda una de las mejores medidas pos electorales que se han tomado.
Ahora podemos irnos al mundo de lo puramente político. Ayer en Morón el peronismo mostró una foto de la unidad. Claro, Néstor Kirchner era un líder que unificaba, entonces nos llama la atención. Pero la imagen que ayer se vio de unidad fue fuerte. Es la foto política más sólida por elecciones, que no es otra cosa que la síntesis de lo que el campo nacional y popular está necesitando más allá de las tensiones y las enormes diferencias.
Ahora, el discurso del presidente Alberto Fernández también fue parte del clamor popular que se escucha: no hacer un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que nos cueste sudor y lágrimas a los argentinos y la condena abierta frente a la embestida de los medios de comunicación. Entonces, no solamente el hecho político fue importante, sino también el discurso. Fue un discurso que tomó la palabra popular.
En medio de todo Mauricio Macri fue a Dolores donde montó un show político donde intentó imitar a Cristina Kirchner en aquella presentación a Comodoro Py y poder construir el relato de que la gente lo acompaña porque al pobre lo están persiguiendo. La poca gente que se acercó a Dolores mostró el fracaso de su relato.
Estos tres hechos son las noticias más importantes de esta semana. Detrás de estos hechos están las disputas políticas de fondo. En la noticia del congelamiento de precios podemos explicar la disputa entre el Estado y el mercado y quién conduce. Detrás del discurso y del hecho político en Morón esta es la verdadera discusión de la independencia económica. Frente a la denuncia contra los medios de comunicación está la lucha por la verdad y la libertad de prensa. Todo esto tiene que ver con el país que queremos.
Esta visibilización de los conflictos de la disputa es sano para la democracia. Cuando el Gobierno cuando pone límites, cuando controla y cuando sanciona, defiende a los trabajadores. Cada vez que el gobierno enfrenta al monopolio comunicacional, lucha por la verdad. Cuando se le pone límites al Fondo Monetario se está defendiendo la independencia y la soberanía económica y política.
Esto es la política real. Las grandes disputas, que parecen lejanas, no lo son. Comunicarlo de la manera más efectiva es la mejor política que se puede llevar adelante. Aquí está el escenario donde el Gobierno puede ser fuerte. Habrá que caminar firme sobre él.