En su columna de La Mañana, Fernando Borroni homenajeó a Víctor Hugo Morales, quien este lunes 1º de noviembre cumple 55 años como relator de radio.
Quiero imaginármelo. Hace 55 años atrás, un pibe iba a probar su suerte:
- ¿Usted relata?
- Sí, señor.
-Bueno, a ver. Relate.
Uno quiere imaginar así la primera charla. Algunos lo escuchamos por primera vez cuando puso en palabras la jugada más maravillosa que el fútbol nos había regalado. Ese día entendimos que a Diego Maradona le faltaba una voz. Mientras necesitaba pinceladas, necesitaba una voz. Y apareció.
¿Cómo se le podía ocurrir a este tipo preguntarse ‘¿barrilete cósmico, de qué planeta viniste’?
Este hombre gritaba “quiero llorar” cuando a un país se le caían las lágrimas. ¿Quién era ese hombre, al que con 13 años escuchaba por primera vez y él ya tenía 20 años de trayectoria?
A partir de ese gol y ese relato, Diego siguió gambeteando a todo el fútbol y Víctor Hugo gambeteaba al periodismo. No se quedó con la comodidad que le dio una voz privilegiada, salió y empezó a nadar en los lugares de la incomodidad. Y se permitió atravesar la política, con profunda honestidad, bancándose las mentiras que llegaban y las verdades que costaban decir.
Lo hizo de cara a sus oyentes, porque Víctor Hugo, en el fútbol como en la política, se para mano a mano contra el arquero y lo mira a los ojos. Y le dice: ‘esta es mi lucha, es mi batalla’. No sólo describe lo maravilloso que es el fútbol, sino también mostrar la voz que se robó a todas las voces, que las secuestró y las torturó, y le puso nombre, que hasta entonces se susurraba en los rincones. Le puso nombre a Héctor Magnetto, lo desnudó.
¿Cuánta hidalguía hay en un ser humano que da una batalla sabiéndola perdida de antemano? Una batalla urgente, necesaria, que más allá de ver una victoria final, sabe que en el camino de la lucha se ganan pequeñas batallas.
Viva el camino que te lleva al horizonte. El hombre que hoy cumple 55 años de aquella vez que dijo ‘yo relato’.
Julio Cortázar tenía razón: al horizonte lo embellece el camino.
Gracias, Víctor Hugo, porque gracias a él muchos tenemos horizonte.
Las paredes podrían escribir “Víctor Hugo Morales, militante incansable de la generosidad, peleador callejero de batallas populares, poeta del arte y su pelota, juglar de los gritos dolientes de un pueblo que aún espera”.
El Nene, que de pequeño se enamoró de una maestra y eligió por eso educarnos a muchos.
Como decía Hamlet Quintana, Hay gente que con sólo decir una palabra enciende la ilusión y los rosales, que con sólo sonreír con los ojos nos hace recorrer toda la magia, que con solo abrir la boca llega hasta todos los límites del alma, alimenta una flor, hace cantar el vino en las tinajas y se queda después, como si nada. Y uno se va e novio con la vida, desterrando una muerte solitaria, pues sabe, que a la vuelta de la esquina, hay gente que es así, tan necesaria.
Tenemos a Hebe, tenemos a El Diego, y tenemos a El Nene. Esos nombres del pueblo argentino.