En su editorial, Cynthia García realizó una crónica del 4° Encuentro de Trabajo y Cultura que se realizó el miércoles en el Centro Cultural Kirchner. La jornada fue encabezada por el expresidente de Bolivia, Evo Morales junto a la periodista y escritora María Seoane, el diputado y secretario general de la CTA, Hugo Yasky, el secretario general de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, y el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer.

Fue un encuentro profundamente latinoamericanista, con la presencia de organizaciones sociales, sindicales y de derechos humanos. Hubo declaraciones muy interesantes y muy contundentes de los distintos expositores. En un momento Sergio Palazzo dijo que el empleo informal es en realidad trabajo ilegal. Esa ilegalidad no la genera el trabajador, la genera el patrón. Entonces Palazzo dijo no tenemos que naturalizar la terminología que nos impone el neoliberalismo. Es la incultura de la cultura de dominación. Esa subjetividad que genera el neoliberalismo. 

Luego llegó el momento de Tristán Bauer quien se sumó al pedido de perdón de Alberto Fernández hacía Evo Morales y el pueblo boliviano por la participación del gobierno de Mauricio Macri en el golpe de Estado en Bolivia. El gobierno argentino no envío médicos ni científicos a Bolivia, envió municiones para reprimir a la población. Después habló de la verdad. Bauer dijo que "no podemos renunciar al territorio de la calle ni al espacio de las redes sociales porque la derecha se está apropiando de la palabra libertad". Antes, María Seoane había dicho los que bombardearon Plaza de Mayo usaban la palabra libertad. "Luego de asumir, fusilaron, prohibieron y proscribieron al peronismo. La palabra libertad le pertenece a los pueblos", indicó. 

Todo eso fue armando un clima para la llegada del discurso de Evo Morales. Evo, con toda su su impronta, su postura y su defensa de las comunidades originarias, arrancó diciendo que la lucha de la humanidad es la lucha por quién controla los recursos naturales. Visionario, como siempre. "Estamos ante la opción de que los recursos naturales sean controlados por los pueblos o por las empresas multinacionales", dijo Evo.

Luego hizo un racconto de cómo el movimiento indígena, los obreros campesinos, los maestros, los artistas profesionales y la clase media se habían unido para confluir en lo que fue su gobierno. "Nuestro pecado es haber garantizado la esperanza. Nosotros hicimos realidad esa frase de que otro mundo es posible. Rompimos con la doctrina norteamericana. La plurinacionalidad no es compatible con el capitalismo ", dijo Evo.

La historia del neoliberalismo en América Latina es de robo y saqueo. Siempre fue así. Por eso Evo se planta contra la doctrina y los mandatos norteamericanos. "No me tembló la mano el primero de mayo de 2006 para nacionalizar los recursos naturales", expresó. Ahí el auditorio estalló en un aplauso. Evo se mostró como un autentico revolucionario. El cambio en Bolivia fue un cambio profundo hacia el buen vivir. 

"Para el capitalismo e imperialismo, los movimientos sociales somos terroristas", señaló Morales. "Siempre intentaron dividirnos para dominarnos y saquearnos. Por eso es importante la unidad", puntualizó. Luego profundizó sobre la unidad: "no basta con ser progresista, hay que ser profundamente revolucionario. El próximo año Lula va a volver a ser presidente de Brasil. No estamos lejos de volver a ser la patria grande", completó Evo lleno de optimismo.