La jefa del gobierno regional escocés, Nicola Sturgeon, anunció ayer que suspendía hasta después del Brexit su plan para un nuevo referéndum de independencia, menos de tres semanas después de los malos resultados electorales cosechados.
“No presentaremos inmediatamente la legislación para un referéndum de independencia”, dijo la líder del Partido Nacional Escocés (SNP) en el Parlamento local, después de las elecciones del 8 de junio, en que perdió 21 diputados de los 56 con que contaba en el Parlamento de Westminster. “El gobierno escocés rehará su plan”, insistió. Hasta entonces, prometió Sturgeon, se concentrarán de buena fe, en redoblar los esfuerzos para influir en las negociaciones del Brexit, de un modo que proteja los intereses de Escocia.
Los electores escoceses votaron mayoritariamente a favor de seguir en la Unión Europea en el referéndum de junio del 2016, pero su voto se vio superado por el nacional. Ese fue el argumento de Sturgeon para reclamar un nuevo referéndum de independencia. El gobierno de Escocia, gran exportador de whisky y salmón, quiere que el Reino permanezca en el mercado único europeo, y recuperar las máximas competencias que regresen de Bruselas con el Brexit, como las referentes a la pesca. Las negociaciones de divorcio entre Londres y Bruselas empezaron este mes y se prolongarán al menos hasta abril del 2019.
Sturgeon dijo haber mantenido cientos de conversaciones con gente en todos los rincones de Escocia sobre el Brexit y un segundo referéndum de independencia. “A muchos les preocupa la incertidumbre del Brexit y la falta de claridad sobre lo que significa”, aseguró.
El anuncio de Sturgeon se produce al día siguiente de que May alcanzara un acuerdo de gobierno con los unionistas norirlandeses del DUP (Partido Demócrata Unionista), que irritó en Escocia y Gales porque se traducirá en un incremento de mil millones de libras a la financiación de la provincia británica.