Con el asesinato de Lucas González, el joven futbolista de Barracas Central, son 121 las víctimas del gatillo fácil a manos de la policía de la ciudad de Buenos Aires. En la mayoría de los casos, la edad de las víctimas rondan entre los 15 y los 25 años. Los datos surgen de las estadísticas de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) de los distintos relevamientos que vienen realizando sobre el accionar de los primeros 5 años de la policía porteña, desde su creación en 2006.
Lucas, de 17 años, fue baleado en la cabeza por policías de la Ciudad que lo interceptaron cuando se trasladaba con tres amigos en un auto por el barrio porteño de Barracas. Murió el jueves por la tarde tras agonizar en el Hospital El Cruce, de Florencio Varela. Los familiares denunciaron que los efectivos "tiraron a matarlo" y que le "plantaron" un arma de fuego para simular un enfrentamiento.
Por otra parte, tres efectivos de la Policía de la Ciudad que participaron del hecho fueron apartados de las tareas operativas en la fuerza y se les inició un sumario administrativo. Los policías fueron identificados como el inspector Gabriel Isassi, el oficial mayor Fabián López y el oficial José Nievas, quienes formaban parte de la Brigada de Investigaciones de la Comisaría Vecinal 4D y actuaron con ropas de civil y en un auto sin identificación.
La Correpi cuestionó a la policía porteña
La Correpi cuestionó a la Policía de la Ciudad que participaron del asesinato del futbolista, al asegurar que intentaron "disfrazar al asunto como un enfrentamiento" y que se trató de un episodio de "gatillo fácil".
"Ayer, mientras los carteles de tránsito lucían las felicitaciones de Horacio Rodríguez Larreta a su policía por cumplir 5 años, en Barracas, desde un auto sin identificación, efectivos de esa fuerza dispararon a cuatro chicos de 17 y 18 años. La policía intento disfrazar el asunto como un enfrentamiento, pero rápidamente esa versión fracasó", indicó el organismo en un comunicado.
Correpi resaltó que "los amigos de Lucas que lograron sobrevivir contaron como ese coche los interceptó cuando volvían de un entrenamiento en el club Barracas Central y sin mediar palabra, comenzaron a dispararles. Horas después, la mamá contó en una nota a la Televisión Pública que desde la policía de la Ciudad se acercaron a ella para pedirles disculpas y decirle que había sido una equivocación. Tremendo cinismo", criticaron.
Además, la Coordinadora dijo que "el mismo día circularon imágenes de policías de la Ciudad disparando contra una persona a plena luz del día en una plaza" del barrio de Constitución y que le dieron "once" balazos e "hirieron a otra persona que pasaba por el lugar"
"Estás semanas hemos tenido que soportar, horas y horas de discursos pidiendo mano dura, 'bala, bala y bala' en las barriadas y hablando de 'la seguridad'", señaló Correpi y concluyó: "Estos hechos que han cobrado visibilidad masivamente muestran de manera contundente que la inseguridad son ellos, es la policía con poder de fuego en las calles. Basta de gatillo fácil".