Hay quienes no puede arrancar el día sin una buena taza de café. Es parte de la rutina y de la dieta de millones de argentinos. Es que, según datos aportados por Nestlé Argentina en el país se consumen en promedio 208 tazas de esta bebida por año, un 7 por ciento más que en 2020. Basta con ver el paisaje urbano y cómo los locales de especialidad fueron brotando para darse una idea.
Sin embargo, hay quienes en días de tanto calor, con picos de 35 grados de sensación térmica, optan por alternativas más frescas, ya que asocian el café a un consumo exclusivamente caliente. En este contexto, cada vez más personas se vuelcan por el consumo de la bebida en su formato frío. A continuación, dos recetas para obtener el mejor resultado.
Café frío con prensa francesa
Para esta receta de café se necesita café molido (no instantánea), una prensa estilo francesa y paciencia, ya que es una preparación que lleva tiempo.
Para comenzar, se debe colocar en la prensa diez cucharadas de café molido, idealmente que sea un molido grueso. Al café, se le debe agregar agua natural y tapar la prensa sin bajar el émbolo para dejarlo reposar en la heladera durante 24 horas.
Al día siguiente bajar levemente la prensa y servir en un vaso o jarra con abundante cantidad de hielo.
Café frío en licuadora
Para esta segunda receta se necesita café instantáneo, azúcar, leche, hielo y una licuadora.
El primer paso es poner en una taza café y azúcar a gusto, echarle un poco de agua y batir hasta formar una crema. Una vez logrado, se le debe agregar el agua caliente, la leche y mezclar.
Luego, se deben poner dos tazas de hielo en una licuadora, volcar el café y batir en potencia máxima durante unos minutos, hasta que la bebida quede homogénea y cremosa.