Dos de los tres policías policías de la Ciudad acusados del crimen de Lucas González admitieron haber disparado contra el auto en el que viajaban la víctima y sus tres amigos en el barrio porteño de Barracas. Lo hicieron durante las declaraciones indagatorias en las que se quebraron y lloraron en varias oportunidades.
Los acusados dijeron haberse bajado del auto al grito de "policía" y con los chalecos identificatorios puestos. También declararon que hicieron sonar la sirena, aunque no encendieron las luces azules.
En esta misma línea se había pronunciado el abogado de la familia del joven y de los otros tres adolescentes víctimas del ataque, Gregorio Dalbón. "Ya está. Admitieron el asesinato. Lo que queda es analizar la participación de cada uno", escribió en su twitter.
Luego agregó: "Si los Policías pidieron que los trasladen de lugar para mantener su integridad física la querella no se opone. Cuiden a los asesinos, porque no los queremos muertos, los queremos PRESOS. Respetando sus garantías y el debido proceso. Queremos JUSTICIA RÁPIDA no venganza".
La indagatoria
El inspector Gabriel Isassi, el oficial mayor Fabián López y el oficial José Nievas fueron trasladados a los tribunales porteños cerca de las 7 de la mañana. A partir de las 8.30 comenzaron a desfilar ante el juez Martín Del Viso.
En el despacho del magistrado estaba de manera presencial el imputado, el abogado defensor de los tres, Alfredo Oliván, y el juez Del Viso. Los fiscales Leonel Gómez Barbella y Andres Heim, de la Procuvin, participaron de manera virtual.
Los tres policías fueron indagados acusados de los delitos de "homicidio doblemente agravado". Por un lado, por haber sido cometido por miembros de las fuerzas policiales abusando de sus funciones y con alevosía de Lucas González. Además, se contempla la tentativa de ese mismo delito contra los otros tres adolescentes, más privación ilegal de la libertad y falsedad ideológica.
Sin responder preguntas
Según las fuentes judiciales, ninguno de ellos aceptó responder preguntas pero realizaron un extenso y pormenorizado relato de cómo ocurrieron los hechos. Tanto Isassi como Nievas se quebraron en reiteradas oportunidades mientras explicaban las circunstancias del episodio en el que murió Lucas.
En el relato, los policías contaron que trabajaban en la villa 21-24 en el marco de una investigación ordenada por la fiscalía 20 de la ciudad vinculada a la venta de drogas. Dijeron que tenían "como objetivo" un domicilio al cual venían controlando porque se sospechaba que era un búnker de drogas.
Según lo que relataron, en ese marco vieron el automóvil Suran azul en el que se movilizaba Lucas González con sus tres amigos adolescentes "en actitud sospechosa", detenido en la ochava de Iriarte, y que cuando retomó la marcha "hicieron un seguimiento".
"Negaron haber realizado una persecución y dijeron que se pusieron los chalecos, les hicieron sonar la sirena para que detengan su marcha y que bajaron al grito de 'policía'", explicó una fuente de la investigación.
Relato partido
"Nievas dice que cuando estaban por embestirlo, disparó cuatro o cinco balazos de frente. López dijo que rodeó el automóvil por atrás y cuando escuchó los primeros disparos, también efectuó varios tiros", dijo la fuente judicial consultada por Télam.
El único que no mencionó los disparos fue Isassi, quien no hizo ninguna referencia a esa situación", agregó la misma persona.
Ahora el juez tiene diez días para resolver las situaciones procesales de los imputados. En tanto, se espera que en la semana declaren algunos testigos. Entre ellos, un hombre que paseaba un perro y que dijo haber presenciado el episodio.
Además, se aguardan para las próximas horas los resultados de los peritajes balísticos y de los teléfonos celulares de los tres imputados.