Desde Neuquén
La fecha es junio de 1973. El hecho: la toma de LU5 Radio Neuquén, publicado el 13 y el 14/06 de ese mismo año en el diario Río Negro, y también en Sur Argentino, el 14/06. En aquel entonces la emisora –ubicada en calle Alberdi y Santa Fe– funcionaba bajo la órbita de la Secretaría de Prensa y Difusión de Presidencia de la Nación. Es decir, funcionaba dentro de la red de radios nacionales.
La toma se produjo por militantes de Montoneros, la JP y FAR junto a tres diputados provinciales del justicialismo neuquino que reivindicaban al gobierno popular de Héctor Cámpora en un contexto nacional de creciente disputa de poder en el interior del peronismo, mientras se esperaba el inminente regreso de Perón al país. Tres días antes de la ocupación de LU5, en la ciudad vecina de Cipolletti (Río Negro) la militancia de la Juventud Peronista tomó LU 19 La Voz del Comahue y la renombró Radio General Juan José Valle. La toma de LU 19 fue pacífica, sin tiros ni forcejeos. A su vez, según el testimonio de una de las protagonistas de los hechos en LU 5 y militante de la JP, sólo hubo tiros al aire en el sector donde se encontraba la antena de la radio cerca del balneario municipal. En tanto, en el estudio de la radio –ubicado en la zona céntrica de la ciudad– todo fue muy tranquilo. En otras emisoras, las tomas duraron sólo los minutos que llevaba leer el comunicado redactado para la ocasión como fue el caso de LV 8 Radio Libertador de Mendoza.
Tanto las crónicas de la época de los diarios Río Negro y Sur Argentino como el testimonio de quienes participaron de los hechos en Neuquén, coinciden en que se trató de una operación a nivel nacional –por ejemplo, hubo tomas en LV 7 Radio Tucumán, LV 8 Radio Libertador de Mendoza, LV 3 Radio Córdoba, LU 4 de Comodoro Rivadavia, LU 8 Radio Bariloche, Radio Splendid, Radio El Mundo, entre otras– impulsada por Montoneros. Y en todas esas radios –una vez que estuvieron bajo control militante–, se hizo escuchar “La marcha peronista”, dando inicio de esta manera a la medida de protesta.
Quiero detenerme en un fragmento leído por militantes de la JP Cipolletti durante la toma de LU 19 que da cuenta, en parte, de los objetivos que perseguían: “Las radios, los diarios, las agencias noticiosas, las editoriales pasan a ser resorte exclusivo de la clase dominante, y aquellos que quieran rebelarse al sistema, son intervenidos y silenciados”. Reclamaban desde mayor difusión de música nacional hasta noticias que tuvieran que ver con el carácter local, nacional y popular, noticias que “fortalecieran el proceso de liberación nacional” y que “estén al servicio del pueblo trabajador” (Río Negro, 14/06/1973).
Durante la toma de radio LU 5, el nuevo director de la emisora –nombrado por los propios militantes– Héctor Pérez Bourrat, desplazó al jefe del informativo y a un periodista que trabajaban allí: Pedro Brodi y Raúl Guglielminetti. Es el propio Pérez Bourrat quién citó a estas dos personas y les dijo que “debían abandonar la emisora por ser considerados enemigos del pueblo por sus relaciones con los servicios de inteligencia y otros actos” (Río Negro, 14/06/1973).
De las confluencia de razones que motivaron a Montoneros a impulsar las tomas de radios y buscando situarlo en el contexto político actual: ¿Qué significa informar u emitir opinión a través de un medio de información? ¿Qué impacto tiene ese relato periodístico –mayormente homogéneo pese a la cantidad de medios de información– en el plano objetivo y subjetivo en nuestra población?
Para muestra sólo alcanza un botón como dice el refrán popular. Se mencionó palabras arriba como los propios militantes y trabajadores de aquella época en LU 5 señalaron a Brodi y Guglielminetti como responsables de responder a intereses totalmente alejados del campo del periodismo y cercanos a los servicios de inteligencia. Y la historia –una vez más– les dio la razón. En el listado oficial del Personal Civil de Inteligencia (PCI) que se difundió a través del decreto 4/2010 y que lleva la firma de la ex Presidenta, Cristina Fernández, y de los ex ministros Julio Alak (Justicia) y Nilda Garré (Defensa) figura Raúl Antonio Guglielminetti con el número de orden 2189, DNI 4.392.690. Esto se probó y se juzgó en los juicios llevados adelante en Neuquén por el caso “La Escuelita II”. Y –curiosamente–, en ese listado de PCI aparece con el número de orden 672 Pedro Brodi, DNI 10.868.631. Ese Pedro Brodi es el hijo de quién fuera señalado en la toma de LU 5 como perteneciente a los servicios de inteligencia. Sobre este último caso, la verdad merece ser develada. De allí radica la importancia y de que eso se concrete en una elevación a juicio.
* Lic. Comunicación Social. [email protected]