En su editorial, Cynthia García compartió las reflexiones que tuvo en una charla junto al sociólogo y politólogo Atilio Borón sobre el resultado de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Chile.
"El escenario que arroja Chile post elecciones del último domingo puede convertirse en terremoto político", así describió Atilio Borón al resultado de segunda vuelta entre el ultraderechista José Antonio Kast y el izquierdista Gabriel Boric.
En un país donde el voto no es obligatorio el dato que sobresale es el altísimo nivel de abstención que hubo. Fue a votar solo un 47.6 por ciento del padrón electoral. Entonces, el 53 por ciento de los casi 15 millones de personas llamadas a votar se abstuvieron.
Si Boric logrará el apoyo de toda la izquierda y centro izquierda alcanzaría el 46.5 por ciento de los votos. Si Kast lograra juntar al otro bloque en su totalidad, llegaría el 53.5 por ciento de los votos. Sin embargo, de acuerdo a la primera encuesta conocida de cara al ballotage esos votos no se trasladan mecánicamente y la explicación puede ser ese amplio porcentaje de los electores que asegura que no votará.
Surgen preguntas urgentes en Chile y desde Chile para América Latina. ¿Por qué grandes porciones del electorado no votan? ¿Cuáles son las consecuencias de ese descrédito? ¿Qué surgimiento políticos abona la antipolítica? ¿Es la subjetividad neoliberal la gran colonizadora de nuestras democracias? ¿Cuánto sirve en estos contextos esta democracia?
Atilio Borón nos ayuda e ilumina con las preguntas y las respuestas. "Si vos querés mejorar una sociedad muy desigual, muy excluyente, muy patriarcal, muy ecosuicida y la democracia no te va a servir de gran cosa. Esta democracia no está alterando, salvo excepciones, las relaciones de poder", dijo Borón.
Hemos hablado aquí de la subjetividad que construye el neoliberalismo y si está triunfando. Lo vemos en los altos niveles de abstención en todo el mundo. Borón amplia: "La política vuelve a ser sucia, corrupta y vuelve el que se vayan todos". Yo me pregunto, el poder real ¿no es sucio?. ¿Las corporaciones mediáticas, financieras, judiciales están limpias en esa percepción?". ¿Con qué se construye esa subjetividad que lleva a la antipolítica?
Luego Borón sostuvo que las personas que no van a votar son en general la gente más pobre. La respuesta es dolorosa pero no sorprende. "Cuando vos tenés discursos progresistas cada vez más descafeinados, la gente no va a votar", sostuvo el sociólogo.
Ambos coincidimos entonces que la respuesta emancipatoria debería ser la radicalización de los modelos populares. Pero no una radicalización retórica, sino real, que les hable a esos sectores de las problemáticas reales que los están atravesando en la desigualdad de los ingresos, la riqueza, la inseguridad que viven y cómo los estafó el sistema.