El salario mínimo medido en términos reales se encuentra 6 puntos porcentuales por debajo del promedio que registró en el período 2013-2015. El dato fue calculado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) a partir de la comparación entre el sueldo mínimo y la evolución de los precios que registra el índice de la Ciudad de Buenos Aires. El impacto directo del salario mínimo alcanza a unos 200 mil trabajadores no regidos por convenios colectivos y repercute de manera indirecta sobre los trabajadores no registrados. Además, desde la sanción de la ley de Emergencia Social, el salario mínimo incide en unos 400 mil planes sociales.
Hay consenso entre los economistas acerca del deterioro del salario mínimo. Según cálculos que días atrás divulgó el centro Cifra de la CTA, el piso salarial registró durante 2015 un alza en términos reales del 3,8 por ciento pero el aumento acordado entre gobierno, cámaras empresarias y centrales sindicales para 2016 fue insuficiente para hacer frente a la inflación anual. El aumento dividido en tres partes -12,4 por ciento en junio, 11,0 en septiembre y 6,6 en enero de 2017- fue inferior a la suba de precios del 41,1 por ciento que marcó el IPC-Provincias elaborado por el Cifra. La pérdida de poder adquisitivo llegó al 5,7 por ciento en 2016 y en marzo de 2017 registraba una caída interanual de 1,2 por ciento.
El CEPA incorpora años previos al análisis. Utiliza como punto de partida el poder de compra del sueldo mínimo de 2012. Entre 2013 y 2015, el salario mínimo en términos reales se ubicó unos 3 puntos por debajo del nivel de 2012. Esa reducción en el poder de compra del salario real se explica por el impacto de la devaluación de fines de 2013, que no logró compensar del todo la mejora registrada en 2015. Así, en diciembre de 2015, cuando cambió el gobierno nacional, el salario mínimo estaba 2 puntos por debajo del nivel de diciembre de 2012, al contrastar el valor nominal con el índice de precios de la Ciudad de Buenos Aires.
Durante la gestión de Cambiemos, el salario mínimo en promedio bajó 6 puntos porcentuales en términos de poder de compra frente al nivel promedio de 2013-2015. Si se mide “punta a punta”, el mínimo pasó de representar en diciembre de 2015 el 98 por ciento del nivel de fines de 2012 a sólo el 86,5 por ciento de ese valor en mayo pasado. El mes pasado, una familia de dos adultos y dos menores requirió entre 15 mil y 19 mil pesos para no ser pobre, sin contar el alquiler de la vivienda. Un informe de la Universidad de Avellaneda (Undav) marca que entre diciembre de 2015 y junio de este año la capacidad de compra del salario mínimo se redujo un 28 por ciento. La salvedad es que el sueldo mínimo se negocia a mitad de año, por lo que su capacidad adquisitiva siempre será más alta en diciembre que en junio, inmediatamente antes de que vuelva a subir. La Undav detalla que en ese período el salario mínimo redujo su capacidad de compra de 517 a 215 litros de aceite, de 779 a 454 kilos de harina, de 388 a 279 kilos de arroz y de 535 a 377 kilos de fideos.