La titular de Ctera, Sonia Alesso, repudió la suspensión en el pago de los planes Progresar y anunció que el gremio hará una presentación ante el Ministerio de Educación, que conduce Esteban Bullrich, exigiendo que las becas se restituyan. Varias universidades venían advirtiendo que este ingreso de 900 pesos, destinado a jóvenes sin empleo o de bajos recursos para que no abandonen sus estudios, está sufriendo un ajuste, y ayer el tema estalló por la suma de denuncias. La Anses admitió que los pagos fueron cortados, aunque aseguró que en julio se pondrán al día: atribuyó la demora a que se está “verificando” que los alumnos cumplan con los requisitos académicos para cobrar la beca.
La caída del Progresar se sumó así a las bajas de las pensiones para los discapacitados y las intimaciones a quienes perciben pensiones por viudez para que presenten la documentación probatoria. Y como en anteriores casos, luego de que las críticas se multiplicaran, el Gobierno prometió dar marcha atrás, “revisando los eventuales errores”.
El Progresar fue creado para impulsar que los jóvenes retomaran o no abandonaran los estudios en cualquiera de sus niveles, desde la primaria a la universidad, incluyendo el aprendizaje de oficios. Sus beneficiarios tienen entre 18 y 24 años edad, son desocupados o tienen ingresos por debajo de tres salarios mínimos o integran familias que viven con menos de 20 mil pesos al mes. El plan se paga a semestre vencido, es decir que el pago que se suspendió es el correspondiente a la cursada de fines del año pasado.
La Ctera aseguró que, por el recorte, 300 mil alumnos de todo el país dejaron de cobrar el ingreso que les permitía pagar el transporte y materiales de estudios para seguir cursando.
“Recibimos denuncias de secundarias, institutos terciarios y universidades sobre la quita de becas. Los últimos meses se habían pagado con retraso, pero este mes directamente no se pagó. Esto no es casual, es una política de ajuste contra la educación, en particular, y contra los trabajadores”, dijo Alesso a PáginaI12. La dirigente agregó que, además, se están recortando las becas en primarias nocturnas para adultos. “Estamos hablando de los más vulnerables de la sociedad”, denunció la secretaria general de Ctera, que resaltó que el plan acercó la educación terciaria a los jóvenes del interior, muchos primera generación de estudiantes de su familia. “¿En ese marco el ministro Esteban Bullrich quiere ser candidato?”, se preguntó la docente.
Eduardo López, titular de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), alertó por su parte que se va a generar “un efecto dominó”, por el cual empezarán a desertar los chicos que no pueden pagar el viaje de ida y vuelta a las instituciones educativas. El dirigente convocó a sumarse a la concentración docente que se realizará esta tarde, a las 14, en Perú y Avenida de Mayo, para repudiar el ajuste y denunciar que las paritarias docentes siguen abiertas, sin acuerdo, en la mayoría de las provincias.
Al reconocer la falta de pago de los meses de mayo y junio, la Anses informó que en julio los estudiantes cobrarán la beca.
“En estos días, el Ministerio de Educación y Deportes ha vuelto a requerir a las jurisdicciones e instituciones de nivel superior (terciarios y universitarios) que verifiquen el cumplimiento de los requisitos académicos de los alumnos identificados como no-informados, a fin de remitir la información a la Anses y habilitar los pagos pendientes de esta prestación”, señaló un comunicado.
“Si hubiera casos particulares no alcanzados por esta rectificación, la Anses habilitará la vía de reclamo individual. Se estima que en los primeros días de julio estos casos recuperarán el cobro, incluyendo el retroactivo de mayo”, agregó.
El monto del programa no es aumentado desde la asunción de Mauricio Macri, que el año pasado también generó una suspensión en los pagos, que se solucionó por la presión de los estudiantes y las universidades.
El ajuste en el Progresar estaba anunciado: en el presupuesto 2017 el Gobierno rebajó en más de un 30 por ciento los fondos destinados al programa. Los beneficiarios del programa vienen disminuyendo: del millón de inscriptos de 2015 bajó a 905 mil a principios de 2016, se redujo nuevamente a 752 mil en julio pasado, y este año quedó en apenas un poco más de 500 mil estudiantes.