La aparición de la variante Ómicron de coronavirus, identificada en Sudáfrica el miércoles y clasificada el viernes como "una variante de preocupación" por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se sigue extendiendo por el mundo.
Reino Unido, Escocia, Canadá, Alemania, Italia, Países Bajos, Australia, Japón, Israel y Dinamarca, entre otros, son algunos de los países que ya han detectado casos de la nueva variante y que se han apresurado a introducir restricciones de viaje a los países del sur de África para contener la propagación de Ómicron.
La nueva variante tiene más de 30 mutaciones en la proteína spike, clave para la entrada del virus en el organismo, una marcada diferencia con respecto a las otras variantes consideradas preocupantes.
Según temen los expertos, podría hacerla más transmisible y permitirle eludir la protección inmunitaria, incluida la generada por las vacunas que ya se han desarrollado y aplicado.
Por su parte, la OMS informó que está trabajando “con socios técnicos para entender el impacto potencial de esta variante en las contramedidas existentes, incluidas las vacunas”.
“Las vacunas siguen siendo fundamentales para reducir las enfermedades graves y la mortalidad, incluso contra el virus dominante que circula, el Delta. Las vacunas actuales siguen siendo eficaces contra la enfermedad grave y la muerte”, agregaron desde el organismo.
Por otra parte, los estudios sobre las vacunas ya están siendo llevados a cabo en diferentes laboratorios públicos y privados. En el caso de BioNTech, Moderna, Johnson & Johnson, AstraZeneca, Pfizer y el Fondo de Inversión Ruso que financió la vacuna Sputnik V ya se encuentran trabajando para adaptar sus vacunas y hacer frente a Ómicron.
Además, los laboratorios BioNTech, Moderna y Pfizer podrán actuar a una velocidad sin precedentes: ambas vacunas utilizan la tecnología del ARN mensajero, que acorta el plazo para obtener una nueva vacuna a sólo unos meses.
"Aún hay muchas cosas que se desconocen" en torno a la nueva variante, dijo en una entrevista el director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla.
Pero si "protege menos y nos vemos en la necesidad de crear una nueva vacuna, hemos comenzado a trabajar desde el viernes. Hemos hecho nuestro primer modelo de ADN, que es la primera etapa del desarrollo de una nueva vacuna. Sabremos lo esencial de lo que necesitamos saber en unas cuantas semanas", señaló y aseguró que "en 95 días tendremos la nueva vacuna contra ómicron".