Hace unos días se publicó en la revista científica Annals of Internal Medicine el caso de una joven argentina que consiguió una cura esterilizante de la infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) sin haber recibido tratamiento.
Se trata del segundo caso de este tipo registrado en todo el mundo y abre una gran esperanza que podría implicar una mejora en la calidad de vida de las aproximadamente 38 millones de personas con serología positiva en todo el mundo.
El caso fue investigado por un equipo de científicos del Conicet y la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. La líder del proyecto en Argentina, la médica Natalia Laufer, explicó en diálogo con AM750 en qué consiste este descubrimiento, cuáles son los pasos a seguir y cómo podría traducirse en un futuro en una mejora concreta de la realidad.
Por qué no se habla de "cura"
"La forma correcta cuando uno habla de 'cura' es el término 'cura esterilizante' o 'remisión'", comenzó aclarando la especialista en enfermedades Infecciosas e investigadora en el Instituto INBIRS. Laufer sostuvo que esta categorización "hasta el momento se venía aplicando a los casos del paciente de Berlín y al de Londres".
En el primer caso, un paciente que había tenido una leucemia mieloide aguda y recibió un trasplante, después de tres años y de discontinuar el tratamiento con la terapia antirretroviral, logró controlar la infección.
El segundo paciente consiguió la remisión tras recibir un trasplante de médula ósea.
"Esto obviamente no es que uno estudia todas las células, es imposible. Sin embargo cuando se estudia una gran cantidad, en este caso se ha puesto como un punto de corte de 1.500 millones de células, y no encuentra virus viable, se puede empezar a hablar de la posibilidad de cura esterilizante, que es lo que estamos reportando en el caso de esta paciente".
No se puede hablar de cura de VIH a secas, ya que "se tendrían que analizar absolutamente todas las células de organismo y decir que en ninguna de ellas hay ninguna copia integrada del virus que pueda generar un virus viable". "Eso no es posible fácticamente", explicó.
Sin embargo, Laufer aclaró con entusiasmo: "Es difícil la ciencia dura decir algo con el ciento por ciento de certeza. Obviamente, aún si no pudiéramos decir cura, estos casos tan realmente excepcionales han logrado un control extremo de la infección, algo que obviamente era impensado hace 40 años cuando todo esto comenzó".
Cura esterilizante del VIH: las hipótesis
Laufer explicó que la principal hipótesis apunta a que estos dos casos generaron naturalmente episodios de reactivación de células donde el virus fue eliminado por el propio sistema inmune.
"Dentro de lo que son las estrategias de cura que se están investigando, una de ellas implica lo que se llama 'shock and kill', que consiste reactivar la célula para que se expongan al sistema inmune, y el sistema inmune puede eliminarla", agregó la científica, que aclaró que en este caso el proceso se realizaría de forma autónoma.
La respuesta del propio sistema inmune en ambos casos fue asombrosa. "Después de esto lo único que podemos encontrar en esta paciente, y lo mismo que pasó con la de San Francisco, son siete o cinco secuencias virales que son absolutamente defectivas, un virus que es incapaz de generar virus viable. Son como rastros de que en algún momento el virus estuvo", explicó.
Cómo siguen las investigaciones sobre VIH en Argentina
"Estamos viendo como generar nuevo stock de células donde podamos, a través de distintos mecanismos, ver cómo su cuerpo, su sistema inmune, responde ante diferentes cepas del virus, ante diferentes estímulos inflamatorios o de activación", explicó Laufer.
Además, la científica señaló que se debe verificar si se encuentra un patrón que, eventualmente, pueda ser trasladado hacia otras personas o a través de inmunoterapia con vacunas terapéuticas.
"Al haber dos casos tal vez tiene lugar un patrón en común. Esto nos permite poder buscar si existe algo que ambas hermanas tengan en coincidencia", agregó.
La especialista aseguró que tanto este caso, como los de Berlín y Londres descubiertos en 2018, "abren una esperanza".
Sostuvo que vuelven concreta la posibilidad de que existan intervenciones que puedan modificar el sistema inmune para lograr un control tan estricto de la infección que no requeriría tomar tratamiento antirretroviral de por vida.
"Obviamente, esto es a lo que se apunta. Es nuestro objetivo - agregó Laufer -. Si esto es posible, por ejemplo, el grupo de personas adolescentes que viven con el virus, niños o niñas que se contagian por la importación vertical, les da la oportunidad de hacer una intervención terapéutica y no tener que tomar tratamiento con las dificultades que tiene la población adolescente. Sería un cambio en su calidad de vida excepcional".