El ministro de Finanzas, Luis Caputo, aseguró la semana pasada que el fuerte endeudamiento del último año y medio se utilizó para pagar vencimientos del Gobierno anterior. “Tres de cada cuatro veces que hemos emitido ha sido para cancelar deuda”, mencionó. Un informe del Centro de Economía Política (CEPA) revisó el uso de las colocaciones de deuda desde diciembre de 2015 y concluyó que las declaraciones de Caputo no son correctas. Planteó que una gran parte de los nuevos bonos se usaron para financiar la fuga de capitales.
“El ministro dijo que un 75 por ciento de la deuda emitida por Cambiemos se dirigió a cancelar compromisos previos, pero no fue preciso”, indicó el documento. Detalló que los vencimientos de deuda de 2016 sumaron unos 11.951 millones de dólares, mientras que ese año se colocaron unos 34.652 millones dólares en nuevos títulos. Esto implica que sólo uno de cada tres dólares fueron a repago y no tres de cada cuatro como afirmó Caputo.
Para el 2017, según el CEPA, la situación es similar. “Los vencimientos de deuda previstos para este año son de 17.520 millones de dólares, mientras que la deuda emitida sólo en el primer semestre (considerando hasta el mes de mayo y los 2.750 millones de dólares del bono a 100 años de junio) ya asciende a 35.872 millones de dólares”, apuntó.
El documento registró que uno de “los principales destinos de los dólares provenientes del endeudamiento de Estado fue la fuga de capitales. Desde la asunción del Gobierno de Macri, el sector privado adquirió en el mercado de cambio local más de 20 mil millones de dólares. Este esquema de deuda-fuga es muy similar al aplicado en nuestro país algunas décadas atrás”. El estudio afirma que el endeudamiento externo es un pilar clave para sostener el esquema económico de Cambiemos, el cual apuesta por la especulación en lugar de fortalecer a los sectores productivos y el consumo del mercado interno.
El CEPA advirtió que “el endeudamiento externo en moneda extranjera no sólo genera problemas de sustentabilidad financiera en el futuro próximo, sino que provoca –dada su velocidad– serios problemas macroeconómicos –exceso de dólares y emisión de pesos, y por consiguiente, alta tasa– que impiden la reactivación de la economía real”.