La tarde del martes fue bien copera. Si bien no hubo partidos de Libertadores ni tampoco de la Sudamericana, se definieron los tres lugares que quedaban vacantes para la próxima edición del principal certamen continental. Los únicos que ya estaban adentro son el campeón Boca (63 puntos) y River (56). Después, había cinco equipos para las tres plazas disponibles. Y Estudiantes era uno de ellos. Si superaba a un Quilmes que ya piensa en la B Nacional estaba adentro. Si empataba tenía que esperar que San Lorenzo o Independiente, uno de los dos al menos, pierda unidades. Quilmes quería despedirse de la Primera División con un triunfo como visitante, algo que no había podido conseguir a lo largo del torneo.
El encuentro fue muy friccionado en el estadio de Arsenal, donde Estudiantes jugó como local. El conjunto platense fue el que mostró mayor iniciativa para ir en busca del triunfo, pero chocaba permanentemente con la defensa del equipo visitante. Otero y Toledo, los dos delanteros de los platenses, de buen porte físico, exigían a la última línea de Quilmes, aunque no podían generar el espacio final para poder rematar con claridad al arco de Rigamonti. En esa búsqueda constante, la situación más clara la tuvo Iván Gómez, pero el arquero pudo tapar el remate.
La expulsión Carrizo le permitió a Estudiantes terminar de volcar el partido a su favor, pero a pesar de la ventaja de un hombre, no podía plasmar esa superioridad en el resultado. Y cuando faltaban 12 minutos para el final, el ingresado Viatri le dio el triunfo a su equipo capturando un rebote en la puerta del área chica, luego de un rebote del arquero por un cabezazo de él mismo.